Postal a los jóvenes

Canaán. el espiritu de los conquistadores

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Mi siervo Caleb ha sido animado por otro espíritu…Ha seguido plenamente mi senda : lo haré entrar en el país" Números 14,24

Después de la salida de Egipto, Moisés envió doce hombres a preparar la tierra prometida. Diez entre ellos, por haberlo dicho antele pueblo, no entraron en el país. Cayeron en el desierto, en las puertas de la tierra prometida, tierra de la que manan leche y miel (Números 14,30). ¡Qué triste fin!...

Pero Caleb y Josué entran en Canaán, "animados por otro espíritu". ¿La diferencia? La ley divina inscrita en los corazones, la confianza en Dios manifestada delante de los obstáculos, las palabras de aliento para sus hermanos...

Delante de tu Canaán-promesas, bendiciones, el destino que Dios te ha prometido- si atestiguas las mismas disposiciones de tu corazón, las que harán de ti un conquistador de lo imposible.

Caleb y Josué apreciaban la presencia divina, sabían mantenerla (Exodo 33,11). Pues bien, no te contentes con el recuerdo lejano de una experiencia con el Espíritu Santo. Busca que tu presencia permanezca en tu vida, como se puede cultivar, aún en las dificultades, la flor más delicada. Y vive de una unción fresca, renovada sin cesar.

Ellos siguieron plenamente la vía de Dios y eligieron permanecer con él y fieles a Moisés, su jefe (Números 32,12). Y si han creído posible la conquista-incluso tras 40 años- es porque la fe que cree en las promesas divinas y es siempre conquistadora (Números 13,30).

También tú, a pesar de tus límites e imposibilidades, sé del mismo temple que esos dos hombres. Desarrolla las mismas cualidades espirituales y expresa la misma actitud para entrar en Canaán.

Mira a Dios y mucho menos a ti mismo. El tiene planes sobre ti. No te inquietes ni le urjas con lo tuyo.

Considera la determinación de Caleb :a 85 años, el espíritu del conquistador no se ha arrugado ni envejecido (Josué 14,10-12).

Una oración para hoy

Señor, me gusta la presencia de tu Espíritu ; es mi riqueza. Quiero serte fiel y crecer en la fe, para manifestar tu espíritu conquistador. Amén.