Postal a los jóvenes

No pierdas la cara ante Dios

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Saúl dijo: He pecado. Ahora te ruego, hónrame en presencia de los ancianos de mi pueblo e Israel" ( 1 Samuel 15,30)

El lenguaje de Saúl se parece al del pecador arrepentido; pero su actitud inmediata prueba que es justo un discurso formateado y sin fundamento espiritual. Este hombre no quiere perder la cara delante de los demás, los ancianos, el pueblo, pero finalmente perderá la cara delante de Dios, lo que, a priori, no le molesta más que eso.

¿ Y tú? Puedes perder la cara ante los hombres, con tal de no la pierdas ante Dios. Perder la cara ante Dios, es perder la comunión con él, tu intimidad con el Padre, el oído de Dios. Por nada del mundo aceptas perder la cara ante Dios. Esta realidad debería, en ti, no ser negociable absolutamente

Lo sabes como yo, salvar la cara delante de los otros sólo dura poco tiempo; la historia dramática de Saúl nos lo prueba; terminará su vida tristemente, lejos de Dios, solo, abandonado de los demás.

Conoces actualmente circunstancias profesionales, religiosas, familiares, en donde un pequeño compromiso con la verdad (lo que se llama siempre mentira), te van a permitir gozar del aplauso o sonrisa del jefe; se te pide tan poca cosas, cerrar los ojos y calarte. En el fondo no es grave.

Permíteme esta pequeña anécdota personal. Tenía un coche y me robaban de vez cuando algunas piezas de las ruedas. A la quinta vez, vino un amigo a decirme: "Sabes, hay un coche igual que el tuyo al fondo de la calle; tiene tus piezas nuevas; si quieres, esta noche voy a cogerlas para ti. Después de todo, ¿por qué no? No soy mejor que tú, pero rechacé totalmente la propuesta."


Una decisión para hoy

Señor, lo que no debe ser negociable en mí, es tu rostro; quiero hacer todo para no perder mi comunión. Dame fuerzas y haz que sea lo que debo ser y que siempre actúa en tu presencia. En el nombre de Jesús, amén.