Postal a los jóvenes

Triunfo del Reino de Dios

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Pues las armas con las que luchamos no son carnales, pero son poderosas ante Dios, para destruir las fortalezas.” 2 Corintios 10,4

Nacido en 742, Carlomagno fue uno de los personajes más importantes de la historia. Vivió en una época en la que los cristianos eran perseguidos y en donde el futuro de la cristiandad era incierto. En una reciente biografía, Derek Wilson muestra hasta qué punto Carlomagno era consciente de lo que el paganismo y el cristianismo luchaban a muerte entre sí. Se sintió llamado a ser el conductor elegido del mundo cristiano. Creía apasionadamente en Dios y en su llamada particular, y quería participar en el combate, seguro de que cada de sus conquistas sería para la gloria de Dios. Los misioneros célticos le habían influenciado hasta el punto de que tuvo tal pasión por el Evangelio que éste le inspiró en su misión.

En cuanto rey de los Francos, condujo al pueblo en las campañas militares victoriosas y une la mayoría de las tierras cristianas de Europa occidental. Aunque adoptase prácticas que, hoy, estarían fuera de lugar, Carlomagno defendió la cristiandad con celo.

A través de Europa medieval, era considerado como el prototipo mismo del rey y del emperador cristiano. Todos sus esfuerzos fueron reconocidos cuando fue sagrado el primer emperador del Santo Imperio Romano el día de Navidad del año 800.

Hoy, estás implicado igualmente en un combate espiritual. Vives en una época en donde numerosos son los que desearían hacer desaparecer el Cristianismo de la escuela, política, mundo de los negocios y demás aspectos de nuestra vida. Los ateos, los cínicos y los representantes de las otras religiones intentan desafiar o ridiculizar a cualquiera que posea creencias cristianas. Debemos estar en guardia. Y debemos hacerles frente.

No tomes este combate a la ligera, sino sé un soldado comprometido en la batalla. Implícate en el combate espiritual. Reza, ayuna. Anuncia la palabra de Dios. Sé audaz y no aceptes la derrota.



UNA ORACIÓN PARA HOY

Padre, quiero ser un guerrero en tu reino. Ayúdame a luchar en el combate espiritual. Dame valor. No aceptaré la derrota. Creo que nos vas a ayudar a llevarnos la victoria completa. En el nombre de Jesús, amén.