Postal a los jóvenes

El servidor

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Al día siguiente, una multitud numerosa vino a la fiesta porque Jesús venía a Jerusalén para entrar como rey.” Jean 12,12-14

Cuando piensas en el Domingo de Ramos, evocas sobre todo la entrada triunfal de Jesús y la gente vino a alabar al rey de Israel, el que viene en el nombre del Señor. No había duda de que era el Mesías.
Pero la gente célebre, las personalidades, a lo largo de la vida, buscan el halago fácil, la adulación y el reconocimiento de lo que hacen. Pero Jesús no actúa como un héroe ni como una celebridad. Muestra su naturaleza verdadera y su humildad cuando entra en Jerusalén eligiendo un asno para su gloria.

¿Podríamos imaginar a un emperador actuando así?
Jesús es diferente. Entró en Jerusalén como un “servidor”. Un punto clave de su enseñanza a sus discípulos la importancia del servicio.”Si alguno me sirve, que me siga como servidor.
¿Qué te parece? Hoy, si deseas parecerte a Jesús, aprende a ser servidor.
Nada más y nada menos, es decir, una persona feliz entregada a los demás gratis. En tu trabajo, en tu hogar, en tus relaciones, ponte siempre de parte de quien te necesite. No busques que te sirvan. Debería darte vergüenza aunque tengas dinero y seas el jefe de una empresa. En la misma iglesia, el mejor creyente es aquel que da de sí lo mejor que tiene y que es. En ambiente, si lo observas, la gente busca que le adulen, aunque sea con mentira, pero les encanta quedar bien ante los demás. Tus talentos te los ha dado Dios para que los pongas al servicio de los otros. Todo lo que no sea esto, es frustrante. Pon tu vida y lo que tienes al servicio de
todos. Sólo así eres grande según el concepto evangélico. Pero este criterio, amigo/a, no luce ante el mundo de la fama .

UNA ORACIÓN PARA HOY

Señor, gracias por haber dado tu vida por mi. ¡Vaya servicio! Haz que yo haga lo mismo para que emplee bien mi vida según tus criterios y no mis caprichos. Ayúdame a servirte a ti y los demás con mi vida y muéstrame cómo
puedo hacerlo. En el nombre de Jesús, amén.