Postal a los jóvenes

Trastorna a tu enemigo

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Los soldados se vieron en una gran agitación, por saber lo que Pedro había hecho. Herodes se puso a su búsqueda y al no encontrarlo, preguntó a los guardias, y dio orden de llevarlos al suplicio“
(Hechos de los Apóstoles 12,18 & 19).

Puedes encontrar en el capítulo 12 de los Hechos de los Apóstoles, el modo de empleo para sembrar la turbación en las estrategia de tu enemigo el diablo.
Este último encuentra siempre circunstancias favorables en la tierra. Y si no tienes que luchar contra personas, hace falta reconocer que a veces, más allá de ellas, se puede distinguir la firma del maligno.

En breve, es texto es jubilatorio porque se termina en la más grande confusión con el enemigo. ¿Por qué?
Ante todo porque hay una oración. La de Pedro, que estaba habituado a la comunión con Dios. Cada vez que decides orar, las estrategias de tu enemigo tiemblan. Y después la oración de toda la iglesia. Cuando la iglesia reza, el diablo siente pánico. Por eso intentará impedirte que participes en las reuniones de oración local.
Para que siembres la confusión en el campo enemigo, hace falta todavía tener una confianza absoluta en lo que Dios hace.

Incluso cuando no comprendas ya cómo se trata, incluso cuando no sientas que Jesús se ocupa de ti; no dudes nunca de ello. Dios sabe bien lo que hace. Es la confianza la que da miedo a los poderes de las tinieblas.
Para desestabilizar completamente a tu adversario, no temas nada, espanta el miedo y vive en paz, descarga el fardo en Jesús y deja a Dios que actúe cómo él sabe hacerlo. El miedo es, a menudo, un aliado del diablo. No tienes ninguna razón de tener el menor miedo. Jesús se ocupa de todo.
En fin, deja que Jesús te sorprenda con su intervención. No intentes siquiera imaginar cómo va a hacerlo ; debes saber solamente que va a
hacerlo, y eso es suficiente.

UNA DECISIÓN PARA HOY

Hoy quiero en donde esté, en las circunstancias que sean, tomar las medidas espirituales que se me impongan mediante la Palabra de Dios, con el fin de arrojar lo más lejos el gran problema y las atractivas confusiones del enemigo. Avanza y alégrate de ello.