Postal a los jóvenes

Acoso moral

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Saúl tomó 3000 hombres de élite de todo Israel y se fue a buscar a David y su gente hasta en las rocas de los sitios salvajes (Samuel 24,3) Es uno de los numerosos textos que pueden ilustrar el frenesí asesino de este rey
decaído en el encuentro con David.


Todo le era favorable para acosar. Su trabajo, su familia, su matrimonio, sus resultados, su carácter, su temperamento, su talento ,et, Cuando se tiene un Saúl contra sí mismo, la vida no es una rosa todos los días. Tu Saúl está quizá en tu casa, en el trabajo, en el colegio, en ti; es tu vecino...


Me atrevo a esperar que en la iglesia, nadie se parece a Saúl, pero vete a ver.No hay que hacer mucho en el plan humano frente a un acosador. Te quiere, y él mismo no sabe siempre por qué, pero es así. Todo será pretexto para hacerte mal, para herirte, humillarte, rebajarte y dañarte.Deja de una vez para siempre de inquietarte; puesto que tu vida está en la mano del Señor Jesús, nada podrá sucederte.

Aquel o aquella que te acosa tendrá sus terribles consecuencias: después de haber rodado una piedra, él o ella será aplastado por esta piedra; tras haber hecho una fosa, él o ella caerá. Deja de tomar a los otros como testigo ; sólo pueden constatar los hechos, pero no cambiarán nada. Bien entendido, la justicia puede ser un medio de recurso, y no está prohibido emplearlo. Pero por encima de todo, pon tu confianza absoluta en Dios.

Es él quien defiende tu causa, y créeme, un poco más de tiempo y te librarás del acosador. Conténtate con rezar por él o ella; hazle el bien posible de buen corazón, sin desearle la muerte o la desgracia ; bendícelo y Dios hará el resto ; y lo hará mejor que cualquiera. No te dejes alcanzar o atrapar por el acoso moral; encuentra en tu comunión con Jesús el remedio a
tus angustias, a tus miedos y a tus aprehensiones

UNA ORACIÓN PARA HOY. Jesús, a ti levanto mis ojos. Ven a socorrerme, no puedo más. Te ruego de corazón por el que se hace mi enemigo y me acosa con sus palabras y malas intenciones. Aunque me cueste, te rezo por él o ella para que cambies su corazón soberbio y engreído que no acepta su derrota contra mí, que me refugio en ti. Cógeme con tu mano para que me sienta seguro de cualquier acoso, incluso de mío propio. Amén