Postal a los jóvenes

Mis dos naturalezas

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Si alguien está en Cristo, es una nueva criatura” (2 Corintios 5,17).

Amigo lector, no te conozco, pero puedo asegurarte que eres alguien único.
Por los rasgos de tu rostro, por tu voz. Sobre todo por tus huellas digitales y tu ADN, cuyo análisis hoy, es tan útil a la policía científica...Eres irreemplazable. Nadie es como tú: el Creador crea sólo el original; le tiene horror al clonaje o a la copia.

Eres único y como yo, perteneces a la gran familia que puebla la tierra: el género humano, salido de una misma sangre (Hechos de los Apóstoles 17,26).
Si algún día tienes ganas de establecer tu árbol genealógico, piensa en pie del tronco. Ahí en donde están tus raíces, están tus antepasados, por raro que te pueda parecer. Es que perteneces a la especie humana.

Aunque el color de tu piel sea diferente, tienes en común con todos la herencia de Adán, el primer hombre sacado de la tierra (1 Corintios 15,47).
Creados a la semejanza divina, somos capaces de cosas sublimes: pensar, hablar, escribir, crear, amar...Sin embargo, esta antigua naturaleza contaminada por el mal, es un coloso de pies de arcilla, capaz de lo peor:
malos pensamientos, orgullo, mentira, maldad (Gálatas 5,19-21)...

El pecado ha desfigurado en ti la imagen de Dios. Jesús, “el segundo Adán del cielo (1 Corintios 15,45-49), vino a recrearte mediante un segundo nacimiento (Juan 3,3). “En Cristo”, tienes una doble naturaleza, dos fechas
de aniversario. El nacimiento natural en la raza humana te liga a la naturaleza de carne y hueso de tus padres, “el hombre viejo” (Efesios 4,21-24). El nuevo nacimiento te concede la naturaleza divina y te introduce
en el reino celeste.

ORACIÓN PARA HOY: Señor, gracias por haberme permitido venir a la existencia y concederme la naturaleza de mis padres. Cuando te abro mi corazón, me perdonas y me das una vida nueva con dimensiones de eternidad. Muchas gracias. Amén.