Postal a los jóvenes

Las montañas de tus dificultades

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Todas las montañas y todas las colinas se abajarán” (Lucas 3,5).

Te sucederá que, en el camino de tu vida, en el giro de un proyecto, te encuentres una montaña de dificultades en tu ruta; es imposible que tu recorrido vital no se cruce nunca con colinas de la decepción, del mal humor
o de la falta de confianza.

¿Cómo vas a reaccionar ante ellas?

Naturalmente, vas a atacarlas de frente, te vas a irritar contra los que las representan. Vas a chocar contra un muro, tanto más grande cuanto menor sea tu fe.
Ante estas circunstancias, escucha más bien la Palabra de Dios, salida de un desierto de Judea hace XX siglos y que con el paso del tiempo, llega a encontrarte hoy en Internet.

Ganarás siempre tiempo, energía, fuerzas, valor al saber coger el camino preciso para subirlas y superarlas.
¿Te das cuenta? Hay luchas que no valen la pena; combates en los que es perfectamente inútil entrar. ¿Es Jesús un sí o un no en tu vida? Si sí, has de saber que él emplea incluso los imprevistos, las contrariedades, algunas
colinas y diversas montañas para mantener su plan. Da la vuelta a la colina, súbela moral y espiritualmente hablando: deja de darle tanta importancia a esa montaña de dificultades levanta en tu camino. Lo que te importa, es saber si estás en el plan de Dios. Lo demás es secundario.

S la primera colina te para o detiene, entonces hay algo que no funciona en tu vida, en tu fe. ¿Por qué no subes o superas y dejas de verla como algo negativo? ¿Por qué no entras en la dimensión auténtica de la fe que consiste
en ver la mano de Dios en tu existencia?

Esta colina en tu camino es una suerte, una oportunidad para que refuerces tu vida profesional, escolar, afectiva, espiritual. Deja de perder tu energía y tu tiempo luchando contra la montaña.

UNA ORACIÓN PARA HOY: Jesús, ven a ayudarme. Mi naturaleza hace de mí alguien que se hunde ante la menor colina. Hazme inteligente y capaz de comprender que eres tú quien me dirige. Haz que rechace el combate de luchar inútilmente contra mis propias montas imaginativas. Gracias. Amén.