Postal a los jóvenes

¿Quieres ser honrado? Tienes que pagar un precio

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Jesús respondió: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que voy a beber? No lo podemos, dijeron” (Mateo 20,22)


Hoy, todo el mundo querría ser honrado y alcanzar la cima. Este sentimiento es legítimo puesto que en cada ser humano hay un grano de realeza en la medida en que es imagen de Dios. Pero algunas personas no aceptan la idea que un creyente pueda ser honrado, a menudo porque confunden humildad y humillación.

Los hijos de Zebedeo pidieron ser distinguidos con estar al lado de Jesús. No le riñó por eso. Les hizo simplemente comprender que todos los que quieren reinar con él deberán beber la copa (2 Timoteo 2,12).

Vives en un tiempo de “comida rápida” en el que todo el mudo querría portar la corona de oro, pero muy pocos están dispuestos a llevar la corona de espinas. La popularidad de algunos ministerios da- a algunos creyentes- la impresión que existe una fórmula para lograr le éxito. La verdad, no hay camino abreviado, ni nada puede reemplazar la obediencia a la voluntad de Dios.

John Maxwell declaró esto: “en la vida, tienes dos opciones: o pagas ahora y de lo pasarás bien más tarde; o te diviertes ahora y pagas más tarde. Pero en los dos casos, la vida te reclamará lo “debido”.

Dicho de otro modo, sólo el que bebe la copa es digno de ser honrado. Pues el honor no se reivindica, sino que se merece. No se te da con los diplomas o títulos que te atribuyes, sino con tu comportamiento.

David fue honrado por haber vencido a Goliat. Jesucristo fue coronado de gloria tras haber cumplido la voluntad perfecta del Padre. Hasta la cruz, se humilló haciéndose obediente (Filipenses 2,7).

Detrás de las grandes realizaciones, combates temibles hay siempre luchas, copas amargas se han bebido, ha habido lágrimas y se han sacrificado vidas.

Si no aceptas pagar el precio para contribuir a la extensión del Reino de Dios, el Señor te distinguirá a los ojos de todas las naciones. Como David delante de Goliat, te concederá la promoción y la elevación divina. Jesucristo termina todas sus cartas a las iglesias de Asia por “A quien venza...”. He ahí la clave de la distinción y del honor..No hay camino corto o abreviado.

Oración para hoy: Señor, Concédeme la gracia de ser contado entre los de tu pueblo que se mancilla sino que sigue fiel a la palabra de la verdad. Con tu gracia, haré mi parte, con el fin de Cristo sea glorificado. En el nombre de Jesús. Amén.