Postal a los jóvenes

Un vestido blanco

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Me envió a ver a Josué, el soberano sacrificador, de pie ante el ángel de Dios, y Satanás que estaba a su derecha para acusarlo” (Zacarías 3,1).


Al diablo se le llama el acusador. En el Antiguo Testamento, ves al profeta Zacarías que describe una escena en la que el diablo acusa al sumo sacerdote Josué. Acusación, que será inmediatamente rechazado por el Señor, a causa de la presencia del Ángel de dios a los lados del acusado.

Este ángel es sólo la prefiguración bendita de Nuestro Señor Jesús y de su papel desde la eternidad. Dios va a recubrir a su servidor Josué de vestidos limpios y festivos. Esta escena simboliza la justificación por la fe de cualquier pecador arrepentido y eso únicamente se encuentra junto al Señor.

El cristiano no es perfecto, pero la justicia de Cristo es perfecta. Y por la fe en Jesús, el creyente se reviste de vestidos blancos.

Este vestido, amigo /a, es símbolo de tu pureza, de tu santidad, y proviene de la purificación llevada a cabo por la sangre de Jesús en tu vida, tu corazón, tu alma y la conciencia de tu persona.

Un día, una cristiana me contó este testimonio: “después de su conversión, el diablo venía a menudo a repetirle sus antiguos pecados y esta mujer así, constantemente con esta acusación. El Señor le habló a su corazón con un versículo de la Biblia en el que se hablaba del perdón total concedido por Dios. El pasaje era el del profeta Miqueas en el que declaraba que el Señor no se acuerda ya de nuestros pecados confesados. También esta cristiana aceptó esta promesa por la fe y salió victoriosa de su acusador”.

Haz ti igualmente , hoy. Acuérdate de esta promesa y créela. Hay compasión por ti, él pondrá bajo sus pies tus iniquidades; arroja al fondo del mar tus pecados” (Miqueas 7,19).

Oración para hoy: Señor Jesús, al morir en la cruz, tomaste mis pecados sobre ti. He sido revestido con un vestido blanco. Ahora, tengo un libre acceso al Padre, porque has borrado mis faltas. No quiero ya dejarme atormentar por el diablo y sus acusaciones, Concédeme la fuerza de recordarle al enemigo “su futuro” cuando venga a martillearme todo mi pasado. Amén.