Postal a los jóvenes

Dios está en el control

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Dios estaba en su trono, cuando el diluvio” (Salmo 29,10).

Puede suceder que estés decepcionado de Dios, creyendo que él te ha olvidado...Y sin embargo, Dios no se retrasa nunca. Todo lo que realiza es perfecto y se hace en su tiempo.

Párate un instante sobre lo que ocurrió cuando el nacimiento de Jesús. María, su madre vivía en Nazaret, y sin embargo el niño debía nacer en Belén, para que se cumpliese la Palabra de Dios. Durante el embarazo de María, Augusto ordenó el censo de todos los habitantes del imperio. El país entero estaba entonces en ”ebullición”. Desde un punto de vista humano, podrías decirte:”¡Qué hombre este Augusto y de qué autoridad hace prueba...Habla y la gente se ejecuta!” Y sin embargo, no tiene ningún control de lo que ocurre; es tu Dios el que sostiene la situación en sus manos. La voluntad de Augusto está subordinada a la voluntad de Dios. Sin saberlo, este hombre cumplió el designio de Dios.

Miqueas 5,2 te dice: “Belén, la más pequeña de las ciudades de Judea, de ti saldrá para mí el que dominará Israel, y cuyo origen se remonta a los tiempos antiguos, a los días de la eternidad”. A los ojos de Dios, este viaje era pues necesario, pues era la voluntad del Padre descrita en el libro de los profetas del Antiguo Testamento.

Si tomas una página de un libro y pones tus ojos encima, no podrás ver nada. Pero, alejándote un poco, podrás leer en él una palabra, después dos y a continuación la página entera.

Sucede lo mismo con Dios. Muy a menudo tienes los ojos “pegados” a tu vida y por eso ves tan pocas cosas. Debes saber que sólo Dios posee el alejamiento necesario.

Isaías 55,9 te dice: “Como el cielo está por encima de la tierra, mis caminos están por encima de los vuestros y mis planes de vuestros planes”. Piénsatelo bien.

Hoy, date cuenta de que todo está bajo el control de Dios.

Una oración para hoy: Señor, que hoy pueda tomar conciencia de que mi vida está en la palma de tus manos. Ayúdame para que me dé cuenta de que cada día pueda vivir en tu paz. Amén.