Postal a los jóvenes

El perdón marca la diferencia

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“Considerad, en efecto, al que ha soportado contra su persona una tal oposición por parte de los pecadores, para que vuestra alma no se desaliente” (Hebreos,12,3)

Si el Evangelio ha progresado en el curso de los siglos, es gracias al poder del perdón. Si los cristianos que nos han precedido no hubieran perdonado a sus enemigos y a sus verdugos, el Evangelio no hubiera llegado nunca a nosotros.

El perdón puede quebrantar los corazones e incluso los reinos. Cuando los miembros de una iglesia rechazan soportar alguna injusticia, y no quieren dejarse despojar, entonces comienza una espiral infernal en la que cada uno puede dejar en ella sus plumas.

Como cristiano, si te alabas junto a la gente de este mundo de que el perdón de Cristo es tu bandera, no te sorprendas que ellos esperen verte ejercerlo en ciertas situaciones.

En el transcurso de la segunda guerra mundial, Corrie Ten Boom, fiel servidor del Señor, fue encarcelado en un campo de concentración. Uno de los guardias fue el verdugo responsable de la muerte de su hermana. Tras la guerra, Corrie Ten Boom organizó conferencias en las cuales no tuvo la menor duda en abordar el tema del perdón. Al final de una de sus conferencias, la gente se acercó para saludarla. De pronto, ella señaló a un hombre en la larga fila de espera. Era el verdugo que había asesinado a su hermana. Nunca pudo olvidar sus rostro. Para este hombre, en esta época, ella era sólo una detenida. Visiblemente, no podía acordarse de ella.

Cuando se detuvo a su altura, le tendió la mano y le dijo:” Me siento afectado por su mensaje. He cometido muchas atrocidades durante la guerra y me gustaría simbólicamente pedirle perdón por todo el mal que he cometido”. Corrie Ten Boom estaba petrificado. Un terrible combate se entabló en los más profundo de ella misma. No debía dejar aparentar nada. Rezó en estos términos: “Señor, no puedo perdonar por mí misma, peto tú puedes ayudarme. Puedo hacer una cosa, mover mi brazo y tenderle la mano”. Cogió la mano de este hombre y, en el mismo instante, ella sintió que el amor de Dios se derramaba en su corazón por este hombre.

En la Biblia, el perdón pone en evidencia el poder del sacrificio de Jesús. En la cruz, Jesús rezó por sus verdugos en estos términos:” Padre, perdónalos, pues no saben lo que hacen”. ¿Hay mayor prueba de amor y perdón que morir por sus enemigos y perdonarlos?

Una oración para hoy: Señor, al morir por mis pecados en mi lugar, me enseñas el perdón. Y quieres que haga lo mismo hoy. Como lo hiciste con Corrie Ten Boom que perdonó al asesino de su hermana, ayúdame a perdonar a los que me han hecho mal. (Que por otra parte, Señor, lo he hecho, y me siento feliz en mi corazón aunque no haya habido correspondencia). Amén.