Postal a los jóvenes

¿Eres objetivo?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

“La espada devora a uno y a otro” (2 Samuel 11,25)


No puedes ganar todos los golpes. Los adeptos de un evangelio llamado de la “prosperidad” querrían hacerte creer lo contrario, pero es falso. Triunfar o fracasar forma parte de un mismo plan divino para tu vida; hay aparentes fracasos que no lo son. Piénsalo bien a la luz de Dios.

Frente a una contrariedad unida a un proyecto que no se concluye, ¿cómo vas a reaccionar? ...

La palabra de David sigue actual para tu vida. Imaginarse estar siempre en un fase “positiva,” es ridículo y contrario al plan divino para tu vida. Hace falta que aprendas el gusto del “fracaso”. Es saludable para tu vida porque consigue que te replantees tu existencia de otra forma.

...La victoria es sólo una etapa hacia un éxito más grande; una derrota es también una etapa hacia una victoria final. Apréndelo o reapréndelo, es vital para ti hoy y para el futuro.

Por haberte deprimido tan a menudo después de una contrariedad, un fracaso o una decepción, necesitas que alguien, a imagen de David, te declare: “No te inquietes, nada es definitivo; vas a triunfar al fin, permanece confiado.

El sabio predicador Salomón declaraba en su tiempo (Eclesiástico 11,6): “No sabes lo que tendrá éxito, esto o aquello, o si los dos son igualmente buenos”. Todo va bien para tu vida, incluso si de forma provisional, te sobreviene la contrariedad. No se quedará en ti. Ponla gentil pero con firmeza en la puerta. ¡¡¡Échala fuera!!!

Una decisión para hoy: Señor Dios mío, quiero aprender de ti: nada es definitivo en cuanto a mis fracasos. Tú te ocupas de mi vida y sé que vendrá la victoria. Todo lo haces de tal forma para que se convierta en mi bien. Te amo, Señor. Amén