Postal a los jóvenes

Un decálogo para el papá

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB    

 

 

1). El primer deber de un padre con sus hijos es amar a su madre. La familia es un sistema que se regula con el amor real y efectivo. Sin amor es imposible sostener por mucho tiempo las solicitaciones de la vida familiar. No se puede ser “genitores” por deber. En la pareja y en los hijos es fundamental un acuerdo profundo, una unión íntima que promueven el crecimiento y la seguridad. Los dos deben trabajar al unísono.


2). El padre debe serlo. Se afirma en los medios de comunicación social que el padre no pasa más de cinco minutos educativos al día con sus hijos. De aquí se deduce el escaso rendimiento de los hijos en sus estudios, el bajo coeficiente intelectual, la delincuencia y agresividad. No es cuestión de tiempo sino de una efectiva comunicación. Ser papá quiere decir hablar con los hijos, del trabajo y sus problemas, hacerlos partícipes de la vida en cuanto sea posible por su edad.


3). Un padre es un modelo, lo quiera o no. Hoy la figura del padre tiene mucha importancia como apoyo y guía del hijo. Como modelo de comportamiento, estímulo para elegir determinadas conductas de acuerdo con principios de coherencia y educación. Modelo de honestidad, lealtad y benevolencia. Los niños mirar mucho qué hacen los padres y cómo lo hacen. La figura paterna da consistencia al hogar.


4). Un padre da seguridad. El papá es el custodio. Tiene que dar protección a todos en la familia. Debe proteger incluso imponiendo reglas y límites de espacio y tiempo, diciendo “no” cuando hay que decirlo y “no” de igual modo. Esta autoridad asegura la formación de todos.


5). Un padre anima. El papá demuestra su amor con la estima y el respeto, la escucha y la aceptación. Tiene la ternura de quien dice: “Estoy a tu entera disposición”. De aquí nace en los hijos una adhesión vital que se traduce en la confianza en sí mismos. Un papá está listo para ayudar a los hijos y a compensar sus puntos débiles.


6). Un padre recuerda y narra. Paternidad es ser isla acogedora a los náufragos de la jornada. Es hacer algo particular, como la cena por ejemplo, un punto de encuentro para la familia, donde se pueda conversar en un clima sereno. Un buen papá sabe crear la magia de recuerdos mediante pequeños rituales de afecto. En el pasado el padre era el portavoz de los “valores”, y para transmitir los valores a los hijos bastaba imponérselos. Hoy hay que demostrarlos. Y la vida moderna nos impide hacerlo. Hay que buscar tiempo para hablar con los hijos, estar tranquilo con ellos, cambiar ideas, proyectos, opiniones, desilusiones y esperanzas.


7). Un padre enseña a resolver problemas. Un papá es el mejor pasaporte para el mundo de “fuera”. El punto en el cual influye el padre es la capacidad de dominio de la realidad, y la actitud en afrontar y controlar el mundo en el que se vive.. Este elemento contribuye a estructura la personalidad del hijo. El papá es quien proporciona al hijo el mapa de la vida.


8). Un padre perdona. El perdón del papá es la cualidad más grande para el hijo. Un joven encarcelado en menores afirma:”Mi padre ha sido siempre frío conmigo. Cuando era pequeño, me quería mucho. Cuando cometí un error no tuvo al coraje de acercarse a mí. Cuando más lo necesitaba, me abandonó. Ya no era un juguete para sus juegos y mimos. 
9). Un padre es siempre padre, aunque esté lejos.. Hoy el niño tiene el derecho de tener a su “papá”. Sentirse abandonado es una herida que nadie puede curar.


10). Un padre es imagen de Dios. Ser padre es una gran vocación, no sólo una elección personal. Todas las investigaciones psicológicas señalan que los niños se hacen una imagen de Dios según sea el padre. Es la oración que Cristo nos ha enseñado con el Padre nuestro. Una mamá que reza con sus hijos es algo maravilloso, casi normal. Un papá que ora con los propios hijos deja en ellos una impronta indeleble.