Postal a los jóvenes

Decálogo familiar

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB    

 

 

Se trata de un decálogo que debería tomarse en serio en las familias...porque hoy más que nunca la búsqueda de la serenidad y de la armonía familiar es una prioridad absoluta para un clima educativo.

1). Alzad la bandera blanca. Cada día suceden cosas que ni siquiera se habían pensado. Se ve gente alterada en la calle, en los autobuses y metros. Parece que la frustración acampa por sus fueros. Hay que levantar la bandera blanca para no meterse en esa corriente. No perder los nervios como esta madre que, ante su niña que rompió la tacita, le dijo:”Es la vida”.


2). Escuchar. La escucha es la píldora milagrosa que produce resultados garantizados. Recuerda el aprecio que le tienes a las personas que te escuchan. Te inundan de esperanza porque te sientes comprendido y estimado. Quien no es escuchado se siente molesto e insatisfecho. Hay muchas personas que no son conscientes de esta realidad. Hace falta una buena dosis de honestidad, humildad, esfuerzo y paciencia, pero los resultado son maravillosos: dar a alguien la sensación de ser escuchado y escuchar efectivamente es una magnífico reductor del estrés. Dejar a los otros la última palabra es signo de valentía y equilibrio. No se trata de ver quién vence.


3). Aceptar las diferencias. Cada persona tiene un modo propio de afrontar y resolver los conflictos. Cada uno tiene una escala personal de valores. Estamos convencidos de que nuestra manera de ver las cosas es siempre lógico e incontestable. El problema es que los otros piensan lo mismo: cónyuge, hijos, amigos vecinos. La riqueza y el progreso de la humanidad dependen de las diferencias...Quien respeta sinceramente las opiniones diversas evita la agresividad y los litigios de los demás.


4). Las personas ocupan el primer lugar. Un padre tenía siempre la misma reacción ante el hijo. Cuando hacía una trastada, le decía: No importa. Todo se puede sustituir, excepto tú. Esto producía en el hijo un efecto increíble de seguridad. Su persona, sus sentimientos cuentan mucho más que los bienes materiales. Recordad que lo que vais a llevar al paraíso no será el dinero o cosas, sino la capacidad de dar y convivir.


5). Las prisas. Vivimos a lo loco. Muchos desearían el don de la ubicuidad para llegar a todo. Hay que levantar el pie del acelerador y hallar momentos de paz. El domingo es día de familia, de descanso y de alimento espiritual.


6). Cuida la salud. La actividad física y lo que mantiene tu cuerpo en forma, contribuye al bienestar familiar: se duerme mejor, se evitan crisis de nervios y la intolerancia. Entran ganas de vivir.


7). Cuida tu casa. Es el espacio vital de tu familia. Sé agradecido: te protege del frío, del calor y de otros intrusos. No es un ídolo ni un museo. Lo que vale en casa es el amor.


8). Expresad vuestros sentimientos. A veces se expresan los negativos. Haz lo contrario. Repite a menudo “Te amo”. Es sencillo y gratuito y hace milagros. Es un bálsamo para quien lo dice y escucha.


9). Da buen ejemplo: Vuestros hijos no harán nunca lo que predicáis, sino lo que vivís y hacéis cada día.¿Qué mensaje das a tus hijos?


10). Comparte la actividad espiritual. Pocas actividades unen más a la familia que la oración juntos y vivir juntos también la misma fe. Haz de las fiestas del año un acontecimiento de alegría y de intensa comunión, participa en alguna iniciativa parroquial o colegial o de voluntariado.
Recuerda: La casa es el nido de la confianza y relaciones. No una posada.