Meditando el nuevo testamento

Lázaro, el amigo de Jesús

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB



Señor,
Tu amigo Lázaro estaba enfermo
Según tus palabras divinas.
Según sus hermanas dice,
Estaba muerto.

¿Qué tendrá el amor de amistad
que de la misma muerte libra
a quienes se aman de verdad?

Con razón decías, Señor,
Que no estaba muerto tu amigo.
Su muerte era simple apariencia
Para que se manifestara tu gran gloria
Y tu todavía no admitida tu divinidad.

Al regresar esta noche del paseo,
He leído esta escena evangélica.
Te confieso, amigo Señor,
Que me ha dado una alegría angélica.

Durante mi paseo marítimo, a solas,
Me he sentado en el acantilado.
Las luces y sus reflejos maravillosos
Me han hecho sentirme a tu lado.

Gracias por la amistad, Señor,
Y por cuantos la viven con amor
A tu vera, siempre a tu vera.