Meditación diaria Bíblica

“Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas” 

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB  

 

“Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas” (Mt 15,28)

¡Qué insistencia la de esta mujer! Pide, vuelve a pedir, insiste. Deja una y otra vez que se asome su deseo hondo y se haga presente en sus palabras de fe. Procura que tus palabras no vayan más allá de la verdad que hay en tu corazón, pero procura poner tu corazón en lo que le dices a Dios y en lo que dices a los demás.

Asomo ante ti, Señor, mi corazón, te miro y espero tu compasión.

Mt 15,21-28: “Mujer, ¡qué fe tan grande tienes!”

El evangelio de hoy nos describe el lado más humano de Jesús y el proceso de fe que también tuvo él que recorrer. A nosotros nos formaron por lo general en un tipo de creencia sobre Jesús muy diferente a la realidad: nos inculcaron que desde el principio él tenía ya todo claro y sabía para dónde iba, porque al final de cuentas era el Hijo de Dios. Nada más equivocado. Como judío, Jesús pensaba y actuaba en principio como todos los de su pueblo. Hay que admitir que poco a poco él va alcanzando el grado de conciencia y de compromiso que nos muestran las tradiciones evangélicas; pero ello es a punta de rebelarse contra un orden establecido que él comenzó a considerar injusto y contrario al querer de Dios. Prueba de esa búsqueda son las palabras que dirige a esta mujer que le pide ayuda.

Pero es obvio que aquí encontramos también un reflejo de la comunidad primitiva, convencida de que el mensaje de salvación es “sólo por nosotros y para nosotros”. La comunidad tiene que aceptar también que el mensaje de Jesús está abierto a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que aceptándolo deciden conformar su vida de acuerdo con la Palabra escuchada.