Meditación diaria Bíblica

Saludos y más saludos

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB  

 

Al entrar en una casa saludad” (Mt 10,12)

 El mundo está lleno de saludos. Saluda, cada amanecer, la luz al mundo y todo se llena de colorido. Saludan los pájaros desde las ramas de los árboles ofreciendo a los que pasan conciertos gratuitos. Se saludan las gentes. Se saludan los amigos de Jesús. ¿Cómo será el saludo de Dios? Acorta las distancias con un saludo. Disipa las tormentas con un saludo. Cultiva la espiritualidad de la comunión con el saludo.

Cuando tú, Señor, nos saludas, las distancias se acortan, tu corazón y el mío laten al unísono.

Mt 10,7-15: “Gratuitamente han recibido; denlo igual”

Hoy nos encontramos con la segunda característica del discípulo en Mateo: El discípulo es enviado, tiene una misión, proclamar la cercanía del reino de los cielos y efectuar los signos que lo hacen presente: sanar, resucitar, limpiar, expulsar... En definitiva, hacer lo que Jesús hizo. La tarea de los discípulos, en Mateo, no se limita a anunciar al Señor resucitado ni a predicar la conversión de vida, sino que deben "hacer discípulos de todas las naciones, bautizándolas..., enseñándoles..." (Mt 28,19). Es interesante notar que esta cita usa la expresión “hacer discípulos”, mientras que los paralelos de Lucas y Marcos tienen sólo “anunciar”.

La misión es también compartir "todo lo que les he enseñado...”; y el texto de hoy especifica una serie de circunstancias, hasta el detalle, de lo que puede suceder en ese compartir: cómo debe estar el discípulo; a dónde debe llegar; qué debe decir y qué actitud asumir ante el fracaso. Pero lo más importante es la gratuidad: “gratis lo recibieron, entréguenlo gratis”. Sólo basta la confianza en la presencia del Señor que siempre acompaña (Mt 28,18-20). A veces nos complicamos la vida en nuestra tarea evangelizadora. Nos amarramos a los medios o instrumentos, y nos olvidamos del mensaje, que es lo fundamental. Sin desconocer las grandes posibilidades que hoy tenemos para difundir la Palabra, no olvidemos lo principal, que es el Evangelio.