Meditación diaria Bíblica

Curación

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB  

 

“Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho” (Mt 8,6)

Los orantes exponen a Jesús las necesidades de los que más sufren y se quedan aguardando. ¡Qué fecundidad proyectan sobre el mundo los que aguardan la actuación del Señor! No te limites hoy a leer, ver u oír noticias de los dolores de personas o de pueblos. Haz oración de intercesión por todos ellos ante Jesús Eucaristía.

Mi corazón se abre al dolor de mis hermanos. Mi corazón, lleno de nombres, se abre ante Ti. Y me quedo, junto a Ti, amando.

Cuando el cristianismo nació como movimiento social y religioso, su reducida cantidad de integrantes le permitía tener un diálogo abierto y creativo con la gran variedad de expresiones religiosas del momento. La manifestación de fe del centurión sobrepasa las expectativas de todos, incluso del mismo Jesús, que queda sorprendido con la respuesta clara y serena del oficial romano.

El centurión no pedía un favor para él, sino para uno de su ‘casa’; para una persona que, aunque vivía bajo el régimen de la servidumbre, estaba bajo su directa responsabilidad. Y lo más sorprendente de la escena es que el oficial romano se coloca prácticamente “a las órdenes” de Jesús, contraviniendo todas las reglas sociales del momento.

Sin embargo, Jesús viendo la poderosa fe del centurión, se salta todas estas barreras y, por medio del mismo oficial, comunica una palabra de vida, fe y esperanza a toda la ‘casa’ del oficial romano. Jesús accede a la sanación porque la fe del centurión no le da más alternativa. Por medio de la fe podemos también nosotros sanar a esta sociedad enferma, cuyas lacras nos parecen a veces insanables. Pero no olvidemos que “para Dios nada es imposible” (Lc 1,37).