Meditación diaria Bíblica

La Natividad de San Juan Bautista

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB  

 

“Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban” (Lc 1,58)

¡Qué hermoso gesto! Los vecinos de Isabel se enteran de lo bueno que ha sido el Señor con ella y se acercan a compartir su alegría. Acércate a compartir la alegría de los que viven cerca de ti. Amar la alegría de los demás es una forma preciosa de dar gloria a Dios.
Con los gozos de mis hermanos, me gozo. Con los éxitos de mis hermanos, me alegro. Con todos te alabo y te bendigo, te doy gracias a Ti, que haces maravillas.
Lc 1,57-66.80: “Se tiene que llamar Juan”
La Iglesia celebra hoy la Solemnidad del Nacimiento de Juan Bautista. El evangelio de Lucas nos lo presenta como una especie de ‘precursor’ de Jesús, y nosotros tendemos a recordarlo como el que bautizó a Jesús. El mismo evangelio de Lucas nos muestra, mediante un interesante paralelo, las semejanzas entre la misión de Juan y la de Jesús.

Juan Bautista convocó a todo el pueblo a orillas del Jordán con la consigna de arrepentirse de los pecados. La inmersión bautismal simbolizaba esa transformación radical. Los que recibían ese baño purificador se comprometían a dejar los viejos caminos de la religión ritualista y sin compromiso, para encaminarse por la aventura del desierto personal, donde la única guía era el espíritu impetuoso de la novedad divina.

La acción de Juan no es la de un simple tamborilero que marcha al frente de la procesión, sino la de un ‘auténtico enviado de Dios’ que estaba allí como emisario del Señor y no por casualidad. Celebremos hoy el nacimiento de aquel personaje que desde su nacimiento comenzó a cautivar los corazones de sus contemporáneos, y que habría de llevar su misión a plenitud al entregarle a Jesús la llama del anuncio profético de la Buena Noticia.