Meditación diaria Bíblica

Padre nuestro.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB  

 

Vosotros rezad así: Padre nuestro” (Mt 6,9)

¡Cuánto y qué bien habla Jesús de Dios! Cuando ora lo enseña, cuando actúa lo muestra, cuando perdona y levanta a los que están caídos lo hace presente en medio de la humanidad. Di hoy muchas veces: Padre nuestro. Dilo despacio, como quien respira y saborea cada letra. La confianza y la alegría se abrirán paso en tu corazón. \
 
Padre nuestro. Padre nuestro. Padre nuestro. Amén. Gracias.
 
Pocos textos del Evangelio han sido tan mal traducidos como el del Padrenuestro. El sentido de esta oración es muy distinto al que suele dársele, pues en realidad le pedimos al Padre del cielo que se entere toda la gente del nuevo nombre de Dios, a quien Jesús nos invita a llamar “Padre”.
 
En lugar de desear que venga su reino, le pedimos que reine sobre nosotros; no queremos que se cumpla su voluntad con relación a cada acto de nuestra vida, sino que su designio de salvación sobre el mundo se haga realidad; no solicitamos que nos dé el pan de cada día, sino que adelante el pan del mañana –el banquete anunciado para los último tiempos- al día de hoy; continuamos pidiéndole que cancele lo mucho que le debemos, cuando vea que nosotros cancelamos las deudas que tienen los demás hacia nosotros.
 
Por último, le rogamos que no nos deje caer en la (triple) tentación -del poder, del prestigio y del dinero-, librándonos del malo, imagen de Satanás, que no quiere un mundo de hermanos en el que todos puedan llamar al Dios del cielo “Padre nuestro”. ¡Qué pena que haya sido tan mal traducida la oración cristiana por excelencia!