Meditación diaria Biblica P. Felipe Santos Campaña SDB

“Amar al prójimo vale más que todos los sacrificios” (Mc 12,33)
Lo que importa es amar. Aprender a amar es la asignatura más importante de la vida. Quien está por el bien del ser humano no está lejos del amor. Como un estudiante más, vete hoy a la escuela para aprender a amar. Fíjate en lo que necesitan los que están a tu lado. Aprende de los que han explorado ya la tierra del amor y son una presencia alentadora para todo camino.

Abro mi vida a los próximos. Me acerco a sus vidas con respeto, con delicadeza. Mi corazón se llena de nombres, de rostros. Con todos los que me habitan te alabo y te bendigo, Señor.
Lc 9, 11b-17: Comieron todos y se saciaron
La multiplicación de los panes es narrada por los cuatro evangelios. Significa que este hecho debió de marcar la vida de los discípulos de Jesús. Así como el Señor dio de comer maná a Israel en su travesía por el desierto, revela que Dios se preocupa también de nuestras necesidades físicas.

Jesús mira a la gente y se da cuenta de que está con hambre. Pide entonces a sus discípulos que les den de comer. Es como para imaginar la sorpresa de los discípulos. No tienen más que un ínfimo alimento para dar de comer a esa multitud. Entonces Jesús toma lo poco que hay, un par de pescados y unos pedazos de pan, los bendice y se los da. Todos quedaron satisfechos y aun recogieron abundantes sobras.

Este pasaje tiene un sabor eucarístico; pues la cena eucarística es un pan bendecido, partido y entregado que alcanza para todos. No sólo significa la comunión de los creyentes en un mismo cuerpo, el de Cristo Jesús; es también el compromiso ineludible de trabajar con esmero y esfuerzo para que a nadie le falte el pan necesario para vivir. Jesús, el gran sacerdote, nos enseña a compartir y entregar lo poco que tenemos, en orden a que nadie sufra una necesidad básica.