Meditación diaria Bíblica

Orar es decir el evangelio amando

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 


Cada obra del Padre es una obra de amor, una gracia derramada que embellece el mundo. Jesús hace visibles las obras del Padre para que toda la creación quede envuelta en el gozo. Acoge las obras del Espíritu en tu corazón: son regalos de fortaleza, consuelo, paz, alegría. Pregúntate con sinceridad: ¿Qué obras quiere el Padre que yo realice? Orar es decir el evangelio amando.

Cantaré eternamente las misericordias del Señor. Anunciaré tu fidelidad con mi vida.

Jn 10,31-42: “Si no hago las obras de mi Padre, no me crean”

En el evangelio vemos con claridad la persecución y los deseos desenfrenados que los poderosos tenían de terminar con Jesús, acusándolo del delito de blasfemia. Siempre que él hablaba de Dios pensaba en un Padre que lo amaba como a su Hijo y amaba a la humanidad entera en la que él veía a todos sus hermanos. Es el Dios de la vida digna para todos sus hijos.

A Jesús le ilusionaba parecerse a su Padre Celestial. Por eso hacía las obras que sabía eran del agrado del Dios de la justicia. Si trataban de matarlo, debía quedar en claro por cuál de aquellas obras lo condenaban. Y la conclusión era obvia: lo iban a asesinar porque las obras de justicia que él realizaba, y que el propio Dios haría, ponían en evidencia el pecado del mundo, la injusticia de las estructuras de poder.

Pongamos en manos de Dios el recorrido que hemos hecho por este tiempo cuaresmal, para que sintiéndonos hijos de Dios seamos capaces de amar sin límites y hacer de la justicia, la verdad y la paz las razones de nuestra existencia.