Meditación diaria Bíblica

Transfiguración: Estado final del Hombre

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 


Evangelio: Marcos 9, 2-10. Transfiguración: Estado final del Hombre

“En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se trans*figuró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: -«Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra, para Elías.» Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: -«Éste es mi Hijo amado escuchadlo.» De pronto, al mirar alrededor, no vieron a' nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: -«No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos”

1.- Motivación de la escena de la Transfiguración.

Después de las duras exigencias del seguimiento (Mc 8,34-9,1), Marcos nos presenta la promesa que espera al discípulo que lo siga.

Jesús se llevó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan… los hizo subir… a ellos solos.

En Marcos aparecen estos tres en Mc 3,16b-17 donde Jesús les pone sobrenombres, a Simón el de Piedra, duro-obstinado y también sólido; a los hijos de Zebedeo de Boanerges o Truenos autoritarios y ambiciosos (cf. 9,38; 10,35-37).

Parece que Jesús los lleva para que se den cuenta que la bajada de escala social hasta la cruz lleva al Hombre a la gloria, simbolizada en la subida al monte alto.

La Transfiguración es una anticipación de su condición de resucitado. Mientras bajaban del monte les advirtió que no contasen a nadie lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitase de la muerte.

No entendieron y discutían entre sí que significaba aquel “resucitar de la muerte”.

2.- La escena de la Transfiguración.

El blanco deslumbrador simboliza la Gloria de la condición divina. Jesús manifiesta su condición de Hombre divino, Hombre-Dios.

Elías (Nebiîm, Los Profetas) y Moisés (Torâh o la Ley) representan el Antiguo Testamento aparecen hablando con Jesús, no con los discípulos.

Como Moisés recibía instrucciones de Dios (Ex 34,35: … hasta que entraba a hablar con Yahvé), ahora lo hace de Jesús.

Todo el Antiguo Testamento recibe sentido de Jesús; Jesús es su sentido. Los cristianos ya no tienen que escuchar al A.T., si no a Jesús. Los tres discípulos deberían comprenderlo.

Rabbí lo llama Pedro con el título del experto en la Ley. Parece que Marcos quiere hacernos ver que Pedro no ha cambiado de mentalidad; cambiaron las personas Jesús por Moisés, pero sigue en su mentalidad veterotestamentaria.

Tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Jesús está a la misma altura que los otros dos. Pedro desea que el Mesías Jesús se ponga en la misma onda de Moisés, Liberador de Israel (con muchos muertos en Egipto) y de Elías, el Reformador integrista y violento.

3.- Significado de la escena de la Transfiguración.

Pedro no percibe en esa Gloria el estado final de Jesús y desea que se ponga al servicio del nuevo Israel siendo su nuevo Liberador y/o Reformador. No entendieron nada de lo que significa esa escena; se quedaron aterrados.

El significado claro está en los versículos 7-8:

Se formó una Nube que los cubría…

La nube es símbolo de la Presencia divina, de Shekina.

En Ex 40,34-35 se nos dice: La Nube cubrió entonces la Tienda del Encuentro y la Gloria de Yahvé llenó la Morada. Moisés no podía entrar en la Tienda del Encuentro, pues la Nube moraba sobre ella y la Gloria de Yahvé llenaba la Morada.

Hubo una Voz desde la Nube: “Éste es mi Hijo, el Amado; escuchadlo”.

El Padre desde la Nube señala que el Profeta a quien hay que escuchar en el futuro (cf Dt 18,15.18) es Su Hijo Jesús.

La comunidad cristiana tiene que escuchar la Voz de Jesús y que dejar de lado la doctrina del A.T.

Señor Jesús, tú eres la Voz que queremos escuchar; tú, el Profeta que nos habla la Palabra definitiva porque tú eres la PALABRA. Que ninguna otra voz ni llamada nos distraiga del Camino que nos lleva al Padre, a la VIDA. Amén.