Meditación diaria Bíblica

Profetizar y evangelizar

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 


Jesús recorre los caminos anunciando el Reino de Dios. Lleva en su corazón el Proyecto del Padre, que no es otro sino la Salvación para todos los seres humanos. Jesús lucha contra el mal y el sufrimiento humano, se compadece de todos los que están aquejados de dolencias, enfermedades, limitaciones. Nada humano le es ajeno. Jesús rompe la sordera, abre los oídos para que la persona pueda escuchar la vida, la dignidad de hijo/a de Dios, el cariño del Padre, que nos hace hermanos/as.

Que la Palabra de Jesús ”Effetá”, “Ábrete”, despierte en ti la alabanza y te ponga en camino de Reino.

Mc 7,31-37: “Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”

Volvemos aquí, a propósito del aspecto particular de las sanaciones de mudos en la Biblia, al tema de la fe, que es el punto principal de este pasaje. La mayoría de los relatos que tratan de la vocación de profetas, es decir, de personajes que han de ser portadores de la Palabra de Dios, refieren al mismo tiempo sanaciones de mudos o tartamudos (Ex.4,10-17; Jr.1).

Se trata de un procedimiento literario cuya finalidad es dar a entender que el profeta apoyado tan sólo en sus facultades naturales no es capaz siquiera de comenzar a hablar, sino que recibe de “Otro” una palabra que hay que transmitir. Por eso la sanación de un mudo que proclama la Palabra es considerada como un signo evidente de lo que es la fe: una virtud infusa que no depende de las cualidades humanas.

La sanación de un mudo quiere darnos, pues, a entender que debemos tomar conciencia de que la fe es un bien mesiánico. Mas, al relatar esta sanación, Marcos quiere hacer suyo el tema del Antiguo Testamento que relaciona mutismo y falta de fe. El evangelista subraya repetidas veces que la multitud tiene oídos y no oye, tiene ojos y no ve.

Somos llamados a profetizar y evangelizar, y sólo de Dios proceden nuestras capacidades.
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