Meditación diaria Bíblica

Enseña con autoridad 

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 


Marcos 1,21-28:

“En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinago*ga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autori*dad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios. Jesús lo increpó: Cállate y sal de él. El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen. Su fama se extendió en seguida por todas partes, al*canzando la comarca entera de Galilea”.

Un sábado típico

Jesús llega a Cafarnaum. Todos los evangelistas dicen que Jesús el centro de sus operaciones es esta ciudad. Mt 9, 6 dice: Jesús llegó a su ciudad

Enseña en la sinagoga:

- no como los rabinos que se habían formado en las tradiciones de los padres=opiniones teológicas de los rabinos. En la Mishna (escrita el 200 d.C.) vemos lo pesadas que tenían que ser la explicaciones teológicas, ya que el método consistía en repetir fielmente lo que habían dicho los rabinos más famosos,

- si no con autoridad=exousia=competencia. Jesús no había estudiado teología. Era un autodidacta que tenía una mente bien clara y una enseñanza bien compacta sobre el Reino de Dios.

Sana a un hombre con un espíritu inmundo= un endemoniado de la época.

- Este elemento del anti-reino de Dios quiere desviar la atención de la gente, proclamando a Jesús como mesías terreno=El Santo de Dios esperado como enviado de Yahve Shebaot=el Dios de los Ejércitos.

- Jesús lo increpa con un violento: Cállate=calla la boca y sal de él. Jesús no acepta ese mesianismo proclamado por un demonio; su mesianismo es muy otro.

Estupefactos, se preguntaron: ¿Qué es esto?

- ¿También nosotros nos admiramos de este Jesús?

Señor Jesús, sánanos de nuestros espíritus inmundos o de los obstáculos que nos impiden llegar a ser lo que el Creador tenía en su plan para nosotros como criaturas tuyas e hijos/as.


Entrar en Cafarnaún. Jesús va delante. Entra en la ciudad. No se esconde. Se patea las calles, los mercados, las puertas de las murrallas. Escucha, observa, mira, dialoga con la gente. Es ésta una faceta más del orante: entrar en la ciudad, dialogar con el mundo moderno, ejercitarse en la compasión del hombre de hoy, acercarse con respeto a otras visiones de la realidad.

Entró en la sinagoga. Jesús entra ahí, y ahí quiere que entremos los orantes, pero es una entrada más comprometida y peligrosa. La sinagoga es ese círculo privado donde se deciden muchas cosas, donde se determina el futuro (y no precisamente feliz) de millones de personas. La sinagoga hoy son los círculos de poder, los clubs de los grandes, el mundo de la economía. Entrar en esos sitios al estilo de Jesús supone desenmascarar cualquier intento por manipular a la persona y trae como consecuencia el enfrentamiento. Los espíritus inmundos son esas voces amenazadoras que intentan acallar y amordazar la voz de los profetas. Aquí la oración se hace testimonio martirial. Por eso, ¡qué necesario es para los creyentes mantener viva la memoria de los orantes mártires!

Este enseñar con autoridad es nuevo. Jesús vence al mal porque tiene esta autoridad, porque no ama tanto su vida que tema la muerte. A las amenazas del mal, Jesús les planta cara y les dice: ¿y qué? Y la gente queda fascinada de su enseñanza. ¿Qué pasaría si a nosotros, que oramos junto a Jesús, nos brotara por dentro aunque sólo fuera un poco de esta autoridad profética?