Meditación diaria Bíblica

Ahí está y sin conocerlo

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis” (Jn 1,26)


La Palabra se hace voz en Juan, una voz a la que hay que escuchar, porque señala la vida y da testimonio de Jesús a quien no conocemos. Con él entramos en la experiencia de amor que nos regala Jesús.
“Eres el único.
Eres cada uno y no eres ninguno.
No eres un ser solo y no eres un conjunto.
Eres todo y eres otro” (San Gregorio Nacianceno).


Jn 1,19-28: “En medio de ustedes hay uno que no conocen”


Los acontecimientos que el precursor, Juan el Bautista, anuncia en la alusión al “bautismo en el Espíritu y el fuego” son los del juicio de Dios a las naciones. Todo el mundo pasará por este juicio terrible, pero quienes hayan recibido el bautismo ritual de Juan tendrán una señal preservadora que les permitirá salvarse.
Las discusiones en torno a los ritos bautismales han dado, pues, a las palabras del Bautista un alcance nuevo que permite establecer los estrechos lazos que existen entre el bautismo cristiano y la introducción en los tiempos definitivos de una salvación y de un juicio que no porque sean menos estruendosos de lo que preveía el precursor son menos eficaces.
El Bautista es un testigo de Jesús; así se presenta él mismo: como la “voz que clama en el desierto”. Es el precursor o heraldo. No es el Cristo, ni Elías, ni el Profeta.
Los tres títulos tienen un significado netamente mesiánico. El Bautista presenta a Jesús como el Cordero de Dios y el Hijo de Dios.
La tradición cristiana ha visto en el gesto de “desatar la correa de la sandalia” la actitud del servidor desatando el calzado de su amo al volver éste de viaje; acto de humildad que expresa muy bien toda la distancia entre el precursor y Jesús, y sitúa muy en su sitio el mensaje y el rito del Bautista.