Meditación diaria Bíblica

Fiesta del discípulo amado

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“Los dos corrieron juntos” (Jn 20,4)

El primer día de la semana estalla la vida y tu Palabra resuena en todo lo creado. Todo lo llena de luz y de gracia. La palabra de una mujer enamorada pone en camino de búsqueda a dos discípulos, que corren al lugar donde ha explosionado la vida.
Tu Palabra es vida.
Tu Palabra nos da vida.
Tu Palabra anuncia la vida.

Jn 20,2-8: El discípulo muy amigo de Jesús vio y creyó

El acto de fe es de Juan, el mismo que celebramos hoy en nuestro calendario, quien corrió junto a Pedro al sepulcro, vio las vendas en el suelo, pero no entró. ¿Quizás por respeto a Pedro? ¿O por la forma en que estaban las vendas? Quizás. Pero luego entró, y creyó. ¿Qué vio Juan al entrar, que fue decisivo para creer? No lo sabemos, pero tiene que haber sido algo muy aclaratorio. Ellos vieron, nosotros no; sin embargo estamos en comunión con ellos, puesto que creemos en lo mismo. ¡Sí; Cristo ha resucitado! ¡Ha cumplido una vez más su promesa; nos ha mostrado el camino hacia la otra vida!

He aquí al Señor resucitado; hé aquí el pesebre por el que nos fue revelado este divino misterio. Hoy se justifica plenamente la venida de nuestro Dios; se justifica plenamente la muerte como un paso a la resurrección. Se acabaron los momentos de “luto”, cuando no lo reconocimos en el camino de Emaús. El nacimiento del Hijo de Dios humano no es un idilio infantil, una escena pastoril, una historia de inocencia o un simple hecho para recordar como tantos otros; el nacimiento de Cristo es y debe ser para todos nosotros una fuerza que influya profundamente en la vida de nuestros pueblos y en la de cada cristiano.