Meditación diaria Bíblica

Natividad del Señor

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Evangelio: Juan 1,1-5.9-14

“En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad".

Tienes ante ti un himno, de gran profundidad y belleza poética, con el que la comunidad cristiana celebra, expresa y anuncia su fe.
Pide al Espíritu que despierte en ti la ternura y el asombro y entra así en este villancico navideño. No te quedes al margen de esta riada de amor de Dios a la humanidad. Descubre y canta, tú también, la emoción ante Cristo, Palabra.
La Palabra brota de lo más hondo del misterio de Dios, pero a la vez es cercana e inteligible. La Palabra busca tu palabra para hacerse diálogo de amigos, fiesta de bodas entre Dios y la humanidad.

ORAR ES DEJARSE TOCAR POR LA TERNURA

Únete a los millones de personas que se acercan a contemplar el Misterio: Dios hecho palabra, acontecimiento, cercanía. ¡Dios, hecho uno de nosotros!

Tu Misterio me alcanza, Dios mío,
me alcanza y envuelve.
En la paz y el misterio de la noche caminas hacia mí.
Mira detenidamente, con ojos de estupor y de sorpresa, la escena que tienes delante: José y María con el Niño. La Palabra, hecha carne, ha acampado entre nosotros. Interioriza lo que contemplas para que el Misterio te nazca por dentro.
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Al mirarte, Jesús, veo el amor y la ternura.
Al mirarte, Jesús, noto que tu amor y tu ternura
se siembran en mi corazón.
Abre tus manos, ofrécele al Niño Dios tu barro, tu pequeñez, tu pobreza. Acoge con sencillez lo que Él te regala.

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Tu Palabra es creadora:
me hace nacer de Dios, me hace hijo/a de Dios.
Tu Palabra es vida:
me hace creativo/a, contigo, de una nueva humanidad.
Tu Palabra es luz:
aleja de mí toda tiniebla,
hace brotar en mi corazón un surtidor de claridad.
Tu Palabra se hace carne
y me enseña a mirar a todo ser humano
con una semilla de amor en los adentros.

Lleva siempre contigo la Palabra. ¡Que te resuene por dentro! Canta villancicos. “Abraza al Dios nacido, como la Virgen Madre. Tuyo es” (Beata Isabel de la Trinidad). Sonríe. Sé un espacio de la ternura de Jesús para los que están cerca de ti.