Meditación diaria Bíblica

Zacarías es un orante

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada” (Lc 1,18)

Zacarías es un orante y, por tanto, un buscador de sentido para su vida. Se acerca como tantas veces al templo, pero esta vez Dios ensancha el espacio de su tienda, rompe sus límites, y ahí, el marido de Isabel, se detiene y no entiende. Señor, me abro confiado/a a tu gracia, siempre me sorprendes y desbordas.

Lc 1,5-25: Zacarías pidió garantías al Angel

Zacarías era sacerdote por derecho de familia. Estaba cumpliendo las funciones del culto en el Templo. El Ángel le anuncia el nacimiento de Juan. Su llegada no pasará inadvertida, y muchos se gozarán de su nacimiento; será un niño consagrado. El Espíritu habitará en él desde el seno de su madre.

Juan, “Yohannan” en hebreo, significa “Dios es misericordioso”; es el signo de la irrupción de Dios en su pueblo. El Señor le visita, le libra, realiza la alianza que había prometido. Papel de aquel niño es preparar los caminos del Señor.
Zacarías no puede creer la maravilla de que, ya viejos él y su esposa, vayan a engendrar un hijo. El Angel le da una señal para su duda: se quedará mudo hasta que la anunciación se realice. Dios dirige la historia según sus designios salvadores; él prevé cada cosa hasta en sus mínimos detalles. El nacimiento de Juan es un prodigio, porque no fue obstáculo la ancianidad y esterilidad de Isabel.

El pueblo de Israel intuye que algo excepcional ha ocurrido, porque el sacerdote demora en salir del santuario; pero ignora cuál es la experiencia profunda que ha tenido Zacarías en el santuario. “Algún tiempo después concibió Isabel, y se quedó escondida cinco meses.”