Meditación diaria Bíblica

Publicanos y prostitutas

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“Los publicanos y prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios” (Mt 21,31)

En los más marginados de la sociedad, el Dios sorprendente se abre camino. Tu vida sencilla y orante puede ser una pequeña luz que habla de Dios en medio del mundo. Allí donde la incomprensión y el odio, el racismo y el enfrentamiento entre religiones surgen como una llaga que tarda en cicatrizar, tu testimonio, unido al de otros muchos, puede ser una antorcha encendida en medio de la noche. ¡Enciende la llama de tu amor en la humanidad herida!

Mt 21, 28-32: Hijo, quiero que trabajes en mi viña

Esta parábola se escribió en un momento crítico de la historia de Israel: el pueblo escogido que había dicho “sí” a Dios a través de su historia, no reconoció al Mesías. Los pecadores eran los que estaban reformando sus vidas en respuesta a la prédica de Jesús. El hijo que finalmente obedeció a su padre era como los cobradores de impuestos y las prostitutas que aparecían constantemente en el ministerio de Jesús.
En la parábola, el hijo que dice “sí” y no obedece, representa a aquellos que conocían a Dios y seguían su Ley, pero, cuando se ha tratado de acoger a Cristo, se han echado atrás. El hijo que dice “no” pero luego obedece, representa a los que vivían fuera de la Ley y no cumplían la voluntad de Dios, pero después, ante Jesús, se han arrepentido y han acogido el Evangelio.
La parábola de los dos hijos dice que para Dios las palabras y las promesas cuentan poco si no se siguen de las obras. Jesús nos dijo un día: “no todo el que me dice “¡Señor, Señor!” se salvará, sino el que hace la voluntad de mi Padre del cielo”. Palabras muy sencillas, pero muy claras y exigentes