Meditación diaria Bíblica

Juan B, el más grande

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“Hemos tocado la flauta y no habéis bailado” (Mt 11,17)

¡Qué triste y duro reproche el de Jesús! ¿Cómo es que está seco el desierto, si lo han atravesado torrentes de vida y de alegría? Si hoy escuchas la música callada, prestas atención a las melodías profundas y te enteras de la fiesta de Dios, llenarás del perfume del servicio y de la comunión toda la casa. Algún día vendrás, Espíritu del gozo, como viento fuerte, me pondrás en mi sitio y yo danzaré para ti.

Mt 11, 11-15: Juan Bautista, el más grande

J
esús testificó la grandeza de Juan. En esa época los profetas eran más grandes que los reyes. Pero Juan el Bautista fue más que un rey y más que un profeta; fue más que todos los profetas del Antiguo Testamento.
Los profetas eran hombre de Dios, del pueblo, de oración, que tomaban postura ante los conflictos. Fueron así señal de contradicción, de lucha personal y del pueblo, e invitaban al reencuentro con Dios.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
Juan el Bautista fue un hombre de profunda oración contemplativa y unión con Dios. Preparado en la lectura de la Palabra y pronto a cumplir la voluntad de Dios, supo reconocer los signos de los tiempos; un predicador profético que no vaciló en anunciar y señalar, con humildad, a Jesús como único camino de salvación; no tuvo temor de denunciar con valentía las injusticias e impiedades del pueblo y de los líderes civiles y religiosos.
La credibilidad del Evangelio exige que nuestra predicación sea fiel a lo anunciado por el Señor mismo. Jesús, como Juan el Bautista y otros, vivían lo que anunciaron y anunciaron lo que creían y vivían.