Meditación diaria Bíblica

Abrahan

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Génesis 12,1-4

A partir del capítulo 12, el libro del Génesis cuenta los orígenes del pueblo de Israel y donde Abrahán es el protagonista. El autor bíblico hace preceder esta historia con un corto relato sobre los orígenes del mundo (capítulos 1 al 11). ¿Desea elaborar una historia completa de la humanidad? No, más bien subrayar con insistencia que el Dios de Israel, venerado por Abrahán, no es el dios de un solo pueblo que tendría un terreno de acción limitada, sino el Creador de todas las cosas, el Señor del universo.
Es ese Dios el que se revela a Abrahán. Se revela como alguien infinitamente generoso. Cuando se presente a Abrahán le asegurará su bendición. Abrahán comprenderá poco a poco que la bendición de Dios es un don que comunica un bien, no en el ámbito de las ventajas materiales (el relato subraya que la familia de Abrahán disponía ya de grandes riquezas), sino en la profundización del ser, de su misterio. Comprenderá que la bendición de Dios no es un medio mágico para resolver los múltiples problemas de la vida humana, a diferencia del papel asignado a las numerosas divinidades de la época.
Abrahán ve en la promesa de Dios un sentido nuevo a la vida que se perfila ante él y su posteridad. Es entonces cuando toma un riesgo inmenso: dejando todo lo que le ha dado seguridad hasta ese momento parte hacia lo desconocido. ¿De dónde le viene esa audacia? ¿De la bella promesa de Dios? Cierto, pero ella no resulta comprensible enseguida. Su realización se hace esperar por largo tiempo y es puesta a prueba constantemente. Más que por la promesa, Abrahán se ha dejado ganar por Aquel que la realiza: el Dios único. Abrahán se ha convertido en el padre de los creyentes porque, ante lo absoluto de Dios, ha superado los miedos, los cálculos, los argumentos y sencillamente ha puesto su confianza en la palabra que viene de Dios. Ha confiado en Dios simplemente porque es Dios.
- Mi fe en Dios, ¿está a veces sometida a condiciones: «Yo creería si Tú…»? ¿Cuáles son esas condiciones?
- ¿Qué debería dejar de lado para que Dios encuentre verdaderamente su lugar único en mi vida?