Meditación diaria Bíblica

Dichosos los que ven

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

No intentes espiritualizar sin humanizar. No puedes entrar en el cielo sin entrar en ti. El trato verdadero contigo, el trato sencillo con las gentes que te rodean, el saberte hombre o mujer de este tiempo, con sus luces y sombras, es el lugar donde Dios quiere nacer. No te extrañes de no saber caminar por tu mundo interior y de sentirte a veces incómodo o incómoda en medio de la gente. No te sorprendas de tu mal humor al ver que no consigues resultados inmediatos. Una cosa puede llenarte de esperanza. Dios no deja de revelarse a los sencillos. Dios no deja de llamarte. Te quiere tanto que aprovechará cualquier ocasión para entablar la amistad contigo.

Lc 10,21-24: Dichosos los ojos que ven lo que ustedes

1) Al ver el éxito de los 72 discípulos enviados a predicar, Jesús se llena de alegría y agradece al Padre por la manera como obra el plan de Dios entre la gente sencilla. Son los sencillos quienes han dado el salto de calidad humana y se han valorado a sí mismos y a los demás como seres humanos, reconociendo a Jesús en toda su dimensión.
Es precisamente la gente sencilla la que descubre ayer y hoy que es capaz de transformar las cosas y construir el reino aquí y ahora, y es justamente por eso que Jesús trata de “felices” a los sencillos, porque han podido dimensionar desde su sencillez la grandeza del plan de Dios.
También Jesús proclama una vez más la común-unión entre él y el Padre, pues nadie conoce al Padre si no es a través de su Hijo y a quien El lo quiera revelar.

2) El Señor nos invita hoy a esforzarnos por tener un corazón sencillo, para poder aprender a valorar la sabiduría de los más “pequeños”, reconocer en todas las personas a nuestros verdaderos hermanos y hermanas, y en ellos ver la cara amorosa del Padre.
Nos caben dos preguntas: ¿Cómo podemos hacer realidad esto en nuestra sociedad? ¿Tenemos que descartar a los sabios e inteligentes, a reyes y profetas?

Camina en el Adviento sin pretensiones de grandeza. Dios quiere decirte algo y quiere decir en ti algo importante a los que peor lo pasan a tu alrededor. Dios nunca viene para ti solo, viene para todos.