Meditación diaria Bíblica

"Mis palabras no pasarán".

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

No sabemos ni el día, ni la hora de los acontecimientos que ocurrirán al final de los tiempos. Jesús nos invita a confiar en su Palabra, viva y eficaz, que permanecerá siempre: antes, durante y después de los signos que anuncian el fin. Fíjate en lo que te sucede cada día y descubre en los acontecimientos, grandes o pequeños, la presencia del Reino de Dios, que te invita a vivirlo todo con esperanza.

Lc 21,29-33: Sepan cuándo se acercará el reino de Dios

1) Por mucho que se extienda el período que va de la Ascensión a la venida de Jesús, esta generación, el género humano, experimentará todo lo que entraña la plena realización del plan divino, la manifestación del Hijo del Hombre, la plena liberación y redención, y el perfecto reinado de Dios. Todo se cumplirá sin género de duda. Las palabras tan encarecidas de Jesús no pretenden fijar un tiempo, sino asegurar el cumplimiento de su predicción. Cuando se designa a todo el género humano como “esta generación” quiere con ello recordarse que es mala y que no puede sostener el juicio de Dios.

2) Tiene necesidad de recapacitar sobre la venida de los acontecimientos finales. En todo caso, la proclamación de estos sucesos postreros es también predicación de penitencia y conversión. A veces podría parecer que las promesas de Dios son meras palabras de consuelo. En todo tiempo se han quejado los creyentes de que Dios hace esperar su ayuda. El universo, que parece imperecedero, perecerá; todo pasará. Las palabras de Jesús conservan su vigencia: vienen los acontecimientos finales. Estos iluminan nuestra vida presente. Es indiferente cuándo han de venir, pero no lo es el hecho de que han de venir.


ORACIÓN:

Enséñame, Señor,
a mirar la vida con tus ojos,
a ver las cosas,
como Tú las ves.
Dame luz para ver
las semillas de vida
que ya están brotando
en el mundo.