Meditación diaria Bíblica

¿Viuda pobre o rica? Cepillo

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Jesús va por la vida mirando lo pequeño, lo que no cuenta a los ojos de los poderosos, lo que está escondido y pasa desapercibido para quienes se afanan en aparentar y tener. Se alegra con los gestos pequeños de la gente sencilla. - Una pobre viuda da todo lo que tiene para vivir y en esta entrega nos revela su interior habitado por una gran confianza en Dios, que siempre cuida de los pobres.

Lc 21,1-4: Esa viuda pobre ha echado todo lo que tenía

1) La viuda que llega a depositar su óbolo era pobre y, por consiguiente, despreciada; tan pobre, quizás, como la viuda a quien el profeta Elías pidió un trozo de pan, y sólo tenía un puñado de harina y un poco de aceite para amasarlos antes de morir con su hijo (1Re 17,10-12). Según el juicio de Dios, la viuda pobre dio más que los ricos. Su óbolo es pequeño, pero al mismo tiempo grande: ha dado todo lo que tenía. Pone su vida en manos de Dios sin preocuparse ansiosamente. Forma parte de aquellos que son llamados bienaventurados y que viven de las palabras de Jesús. En ella está representado el pueblo de Dios.
2) Este es pobre y carece de apoyo jurídico, pero da lo poco que tiene. No se apoya en los bienes ni en el poder, sino en el Padre. Así vive la Iglesia primitiva en Jerusalén: “Y todos los creyentes, a una, tenían todas las cosas en común, y vendían sus posesiones y sus bienes, y los repartían entre todos según las necesidades de cada cual. Diariamente perseveraban unánimes en el templo, partían el pan por las casas...” (Hch 2,44-47). La Iglesia es la comunidad de los pobres, pequeños y despreciados, pero que son grandes delante de Dios.

ORACIÓN:

Enséñame, Señor,
a mirar la vida con atención.
A descubrir los brotes de ternura,
los gestos de amor,
por pequeños que estos sean.