Meditación diaria Bíblica

Templo, purificación y hostilidad

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

LA PRESENTACIÓN DE LA VIRGEN

“¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” (Mt 12,48)

Jesús nos señala que los discípulos son su verdadera familia y que pertenecer a esta familia de Jesús, a la comunidad cristiana, implica cumplir la voluntad del Padre. María es la primera discípula de su Hijo Jesús porque acoge la Palabra en su corazón con un sí total y confiado a la voluntad de Dios.

c 19,45-48: Todos los días enseñaba

1) Con la purificación del Templo se acarreó Jesús la hostilidad de las autoridades religiosas del judaísmo. Los sumos sacerdotes y la aristocracia sacerdotal no estaban al margen del tráfico que se practicaba en la plaza del Templo. El sumo sacerdote en funciones es presidente del consejo supremo o sanedrín, suprema autoridad del judaísmo. El sanedrín está constituido por la aristocracia sacerdotal, los doctores de la ley y los seglares conspicuos. Los dirigentes judíos traman la muerte de Jesús; también después de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles continuarán sus manejos para impedir que se vaya formando la Iglesia. El pueblo, sin embargo, sigue adherido a Jesús, está pendiente de sus labios. La gran masa está de su lado; escucha su palabra. Cuando los apóstoles comiencen a edificar la Iglesia sucederá lo mismo.
2) El pueblo acudía junto a Pedro y Juan (Hch 3,11). Estos hablan al pueblo (4,1) el que tenía en gran estima a la Iglesia naciente (5,13). En este pueblo se diseña el verdadero pueblo de Dios de Israel, que está pronto aceptar el mensaje de Dios anunciado por Jesús. Por temor al pueblo no osa el sanedrín proceder abiertamente y con violencia contra Jesús. En éste, su Señor, ve la Iglesia naciente su propio destino.

ORACIÓN:

Hágase. Y la Palabra se hizo carne
en la tierra de María.
Hágase. Y la Palabra comenzó a amasarse
en el corazón de María.
Gracias, María, por tu fe confiada
hecha amor sin medida.