Meditación diaria Bíblica

Zaqueo, vamos a comer a tu casa 

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”

Jesús, el Hijo del hombre salva lo perdido, lo despreciado, lo que no cuenta ante los ojos humanos. Cuando Jesús viene a habitar tu casa, a hospedarse contigo, te invita también a cambiar de vida, a ser compasivo, como lo es el Padre del cielo.

Lc 19,1-10: Jesucristo vino a salvar lo perdido

En el relato de la conversión de Zaqueo están reunidas todas las palabras y conceptos preferidos del evangelio de los pobres: hoy; salvación; para salvar lo que estaba perdido; pequeño, pecador, publicano; el “convenía” de la voluntad salvadora de Dios; la prisa, la acogida en la casa, la alegría. La Gracia rebosante de Dios y la buena voluntad desbordante del hombre se manifiestan en Jericó, ciudad sobre la que pesaba una antigua maldición (Jos 6,26), en casa de los jefes de los publicanos, y con un pecador que es rico. Jericó es la ciudad de donde Jesús emprende la subida a Jerusalén; es como la puerta para la ciudad en la que aguarda la consumación de la historia de la salud, de la que proviene la salvación.
La misión de Jesús se cumple mediante la acogida de los pecadores. Dios lo envió para que aportara salvación, no perdición; salud, no condenación; vida, no muerte. “Cristo vino al mundo para salvar a los pecadores” (1Tm 1,15); por él se cumple lo que el profeta había anunciado acerca del tiempo de salvación: “Buscaré la oveja perdida, traeré la extraviada, vendaré y curaré la enferma” (Ez 34,16). Lo que Jesús significó en las parábolas relativas al amor a los pecadores, se efectúa en la realidad de la vida. Jesús es el salvador de los que estaban perdidos..

ORACIÓN:

 

Jesús, ven a mi corazón,
siéntate a mi lado,
desata mis egoísmos y avaricias.
Que tu salvación me haga misericordioso/a
y solidario/a.