Meditación diaria Bíblica

Oferta gratuita a la cena

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

En esta parábola de la gran cena Jesús invita a todos a sentarse a la mesa del reino. Su oferta es gratuita y no excluye a nadie. Cada uno se posiciona ante la invitación según los intereses que mueven su vida. Unos optan por seguir viviendo encerrados en el mundo de sus posesiones y quedan así excluidos. Los que van a gozar del banquete son los que menos se espera, son los que no poseen nada.
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Lc 14,15-24: Sal por los caminos a traer invitados

1) La parábola del gran banquete cierra la escena lucana. De ella se proyecta la luz sobre el banquete que celebran las comunidades cristianas. ¿Quiénes son, pues, los que allí se congregan? Pablo hace, por ejemplo, la presentación de la comunidad de Corinto: “Hermanos que han sido llamados: no hay entre ustedes muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos de noble cuna; todo lo contrario: lo que para el mundo es necio, lo escogió Dios para avergonzar a los sabios; y lo que para el mundo es débil, lo escogió Dios para avergonzar a lo fuerte; y lo despreciable, lo que no cuenta, lo escogió Dios para anular a los que valen algo” (1Co 1, 26-28).

2) Sobre la escena se extiende la luz, el resplandor del amor generoso, misericordioso, de Dios que se goza de darlo todo a los que no tienen nada: a los cojos, a los ciegos y a los “gentiles” que viven fuera del abrigo de la cuidad de Dios; todos éstos son saciados, porque tienen hambre y no poseen nada. Los que se jactan de poseer, salen con las manos vacías. Esta fe, esta convicción de que lo más grande que puede esperar el hombre es don y gracia, es lo que crea la verdadera comunidad que congrega a las gentes en el banquete del Señor..


Oración:

 

Acojo, Señor Jesús, tu invitación
y me siento a tu mesa junto a mis hermanos/as
Tengo las manos vacías para recibir
tu entrega en la Eucaristía.