Meditación diaria Bíblica

Te conviene alguna inestabilidad

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

No hablo aquí de una inestabilidad crónica, negativa, exacerbada que conduce al sufrimiento personal y colectivo así como al desorden. No, pero necesitas una cierta inestabilidad en tus relaciones con los otros; de otro modo no llegarás a fijarte sentimentalmente a causa de este gusto por lo que llamas “mi libertad”. Comprometerte por la vida no te va, al menos ahora, y prefieres estar solo (a).

'Pedro salió de la barca y anduvo por el agua') Mateo 14,29)

Tu gusto por una determinada inestabilidad te lleva a tener varios hierros en el fuego en permanencia; tu mesita de noche está llena de libros comenzados porque lees sólo en la tendencia del momento. Profesionalmente, no llegas a estar fijo, pero te conviene perfectamente. Necesitas nuevos desafíos, nuevos horizontes, nuevos amigos, nuevas aventuras de fe.

Asegúrate, todo eso no es grave; es incluso normal hasta un cierto punto. Toda la gente de mar ama esta forma de inestabilidad. Pedro va a marchar sobre el agua; ¿hay algo más inestable? Se sabe que este hombre tenía un gusto marcado por esta forma de inestabilidad positiva; siempre al límite, siempre reactivo, siempre listo a cuestionarse, siempre con el pie levantado para volver a partir.

Sin embrago pon atención para que esta libertad que es la tuya no sea un obstáculo para tu fe y libertad evangélica; basta un día malo, un periodo de fatiga, una prueba, una tentación recalcitrante, y tu gusto por esta inestabilidad se transforma en trampa. Y no puedes sentirte bien en ningún sitio, en ninguna iglesia; llegas a desconfiar de todos porque has caído en la inestabilidad negativa. La frontera era muy delgada, muy fina.

Vigila sobre tu vida, guarda tu corazón, sé consciente de tu situación, identifica tu carácter; no tengas vergüenza, sino acepta cambiar, con la gracia de Dios, si es necesario.

Está fuera de cuestión que tu gusto por la libertad se transforma en un pretexto para vivir no importa cómo. Rechaza eso firme y definitivamente.


Una oración para hoy

Dios mío, te ruego que me ayudes a conocerme a mi mismo y apreciar mi carácter y temperamento. De él me viene el peligro peor. Quiero vivir bajo tu mirada siempre. En el nombre de Jesús, amén.