Meditación diaria Bíblica

Consoladores

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Los amigos de Job demostraron que podían analizar, criticar y juzgar. Sin embargo, no lograron aportar aquello que necesitaban: el consuelo a pesar de sus fardos. Job los calificó de consoladores enfadados.

'Sois todos consoladores de enfados. […] También yo podría hablar como vosotros, si estuvierais en mi lugar: os abrumaría de palabras, os sacudiría la cabeza, os cerraría la boca, removería vuestros labios para aliviaros.'
(Job 16,2-5)
Hoy, el mundo se traga a personas que tienen opiniones, que critican y estiman saber más que los demás. Sin embargo debemos comprender que la gente que nos rodea necesita desesperadamente encontrar a alguien que esté listo para llevar sus fardos y que se preocupa realmente de ellos, que prefiere sentirse concernido más bien que expresar opiniones.

Pablo subrayó el lugar preponderante de consuelo en el Evangelio; Dios es “el Dios de todo consuelo, que nos consuela en nuestras aflicciones, para que, por el consuelo del que somos objeto de parte de Dios, podamos consolar a los que se hallan en alguna aflicción' y nos encarga que hagamos nuestra parte llevando alivio a los demás (2 Cor 1,3-7).

Ahora, llevad una mirada nueva a vuestro barrio, iglesia, familia, al mundo y acordaos que cada persona tiene sus sentimientos y necesidades. Poco importan las apariencias, cada uno de ellos tiene sus fardos. Como Job, atraviesan quizá tentaciones y pruebas y necesitan que alguien les muestre el amor de Dios.

HOY, pídele a Dios que te dé una compasión mayor por los perdidos. Que te llene de su amor. Hazte disponible para ser buen consolador. Recuerda que Jesús murió por cada uno, incluso por aquellos que le rechazan y te han herido y ofendido.

Una oración para hoy

Padre, dame la compasión por los extraviados. Dame una carga o fardo para su destino eterno. Lléname de tu amor divino. Te doy mi tiempo, mis talentos y mis recursos. En el nombre de Jesús, amén.