Meditación diaria Bíblica
Señor,enséñanos a orar
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
Lc 11,1-4: Señor, enséñanos a orar
La oración de Jesús, por su brevedad y contenido, no es una estilizada forma ritual, sino una manera de iniciar la comunicación con el Padre hablando de las cosas cotidianas. En efecto, en ella entran la preocupación por el sustento y la confianza de que Dios lo otorgará conforme a nuestro esfuerzo. Es una oración que se puede hacer en cualquier momento y lugar; no es necesario recurrir al templo ni esperar las grandes festividades. Está dirigida a un padre misericordioso que se acuerda de sus hijos y los ama. Un padre atento a cada una de las personas y, a la vez, pendiente de toda la comunidad que lo invoca. Es una oración que clama para que el reino de justicia e igualdad se haga efectivo aquí y ahora.
Frente a ese Padre no hay ya una humanidad masiva, sino un pueblo compuesto de hijos, cada uno con sus particularidades, con sus valores y sus temores, personas débiles y confiadas, seres con su propia identidad que buscan a Dios.
La oración del Padre Nuestro ubica a Dios en primer lugar. El reino de Dios produce un gran cambio, y esto tiene su garantía en Dios, que “se santifica” y muestra su poder, que como “abbá” es Dios para nosotros.
En las aspiraciones de la comunidad cristiana se reconocen, por una parte, esa santidad inherente al “santo nombre de Dios” y, por otra, el modo concreto de su actuación en la historia humana.