Meditación diaria Bíblica

Oposición Espiritual

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

'Daniel, no temas; pues desde el primer día en que te esforzaste por comprender y te humillaste ante tu Dios, tus palabras fueron escuchadas y por ellas he venido yo […] El príncipe del reino de Persia me ha opuesto resistencia durante 21 días, pero Miguel, uno de los primeros príncipes, ha venido en mi ayuda. Me he quedado allí junto a los reyes de Persia.'( Daniel 10,12-13)

Daniel oró y buscó a Dios, pero días no recibió ninguna respuesta. ¿Qué ha podido pensar? ¿Por qué sus oraciones permanecerían sin respuesta? ¿Había desagradado a Dios? ¿Era culpable de pecado?

Recibió finalmente una respuesta. Sus oraciones habían sido oídas. Entonces, ¿por qué no recibió ninguna respuesta? Porque había un combate espiritual en el mundo celeste. Dios había enviado una respuesta pero Daniel no la había recibido. La respuesta terminó por llegar… 21 días después de su oración, y sólo porque el arcángel Miguel ayudó al mensajero a pasar.

HOY, acuérdate que tú también estás comprometido en una batalla espiritual. El diablo y sus demonios son ladrones que buscan robarte tu alegría (Jn 10,10), en robarte las bendiciones de Dios, destruir la obra de Dios en tu vida, bloquearte de todos modos para que no te lleguen las respuestas de Dios.

La batalla es real. Se trata de combates intensos. Recuerda que Dios te ha dado una autoridad espiritual. Revístete de todas las armas de Dios para que puedas mantenerte firme contra las astucias del diablo (Efesios 6,11). Recuerda que las armas con las que combatimos no son carnales. Si combates con el Espíritu, destrozas las fortalezas del enemigo (2 Cor 10,4).

Pero recuerda también que debes ser perseverante. Ora con fervor, pasión y audacia. Si no recibes respuesta inmediata, no te abandones. Ten fe. Dios escucha tus oraciones y te responderá.

Una oración para hoy

Padre, ayúdame a llevar el combate espiritual. Creo en ti por la victoria. Gracias por escuchar mis oraciones y porque puedo tener confianza contigo. En el nombre de Jesús, amén.