Meditación diaria Bíblica

Tu Oración Abre Puertas

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

Llegaron a la puerta de hierro que lleva a la ciudad y se abrió delante de ellos (Hch 12,10)

Si en esta jornada necesitas que se abran puertas ante ti, ora.

El secreto de esta historia se sitúa un poco más arriba en este capítulo, más precisamente en el versículo 5: "La Iglesia no cesaba de dirigir por Pedro oraciones a Dios".

Nunca pierdes el tiempo pasando tiempo orando. La oración dirigida al Dios del Evangelio, por Jesucristo es incluso la ocasión de ganar tiempo. Es tu oración de fe la que va a permitirte ver hoy puertas obstinadamente cerradas, que se abren por fin.

La puerta que se abrió aquel día era de hierro. Tienes puertas con cerrojos arrojados ante ti. En un plano espiritual, moral afectivo, sentimental, familiar o profesional.

Pero no tengas miedo de puertas de hierro cerradas con cerrojos de acero, tu oración va a hacer mover el brazo de Dios.

Como siempre en casos parecidos, es importante saber qué puerta está cerrada, para identificarla concretamente. Luego deja a Dios que actúe. A menudo has querido ayudar al Señor forzando un poco tal o cual puerta. Abandónate completamente entre sus manos. Duerme en paz a la imagen de Pedro (versículo 6) y deja que Jesús haga el resto.

Sin embargo, hay una categoría de puertas que has cerrado tú mismo, situadas en tu propio interior, en tu mente, afectos, tu corazón, tu alma. Estas puertas son, de algún modo, principios humanos, prohibiciones, obligaciones, complejos, frustraciones, preferencias. Tu oración va a abrir también esas puertas; no tengas miedo de lo que hay detrás. Después viene siempre la victoria y la bendición.

Una decisión para hoy

Decido hoy rezar para que Jesús abra para mí las puertas cerradas ante mi vida. Renuncio a inquietarme. Hay puertas que jamás podré abrir solo, pero dejo a Jesús que se preocupe.

El sabe cómo hacerlo. Me abandono entre sus brazos y vivo en paz.