Meditación diaria Bíblica

Misericordia quiero y no sacrificios

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

“Misericordia quiero y no sacrificios” (Mt 9,13)


El amor está por encima del culto. Más aún: Un culto que no se traduce en obras de misericordia no tiene sentido. El llevar cuentas de tus obras buenas puede poner en un pedestal a tu Ego. Solo el amor te limpia la vida. Intenta hoy, sencillamente, amar.

Mt 9,9-13: Misericordia quiero, y no sacrificios

Cuando el hombre juzga, condena, mientras que cuando juzga Dios, salva. El profeta Amós nos señala que Dios no permanece mudo ante la injusticia que el ser humano es capaz de obrar contra sí mismo, la cual trae como consecuencia dolor y sufrimiento. Nos encontramos, por tanto, ante un Dios que sufre con el ser humano; que enmudece, pero no lo abandona a su propia suerte; que permanece a su lado y está esperando a que él también lo busque.


En el evangelio nos encontramos con que Jesús no llama a los más capaces, pero sí capacita a los que llama. Esta escena evangélica que tiene de fondo el llamado a Mateo el publicano, nos permite acceder a la gran bondad de la que es portador Jesús de parte de Dios Padre, y a la gran capacidad de marginación que es inherente al ser humano, la que desde su condición de pecado le nubla la posibilidad de ver al otro que es distinto como hermano, hermana y madre. La invitación para cada uno de nosotros es hoy la de ser discípulos efectivos de Jesús que encarnen en sus palabras y acciones al Dios que es misericordia y amor.


ORACIÓN:

 

Sé que te agrada, Señor; lo sé.
Te agrada que acoja y ame a mis hermanos,
pecadores, igual que yo.
Eso te agrada más que todas mis obras.