Meditación diaria Bíblica

La fuerza y la debilidad

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

"Yo soy la vid y vosotros los sarmientos. El que permanece en mi da muchos frutos, pues sin mi no podéis hacer nada." Jn 15,5

Durante los años que siguieron a la nominación de Dean Smith como entrenador del equipo de baloncesto de la universidad de Carolina del Norte, muchos pensaban que sería un desastre. Sus equipos no ganaban suficientes partidos, y parecía que no podía cambiar su tendencia. Sin embargo, con motivo de una reciente entrevista, explicó cuánto había cambiado su vida con la lectura del libro de Catherine Marshall, "Beyond Our Selves" (Más allá de nosotros mismos). En particular el capítulo sobre El poder de la debilidad".

Al escribir un libro sobre su primer marido, Peter Marshall, Catherine se había sentido desilusionada. Acordándose de Juan 15, comprendió que la clave de su éxito se encontraba en su total dependencia de Dios. Aceptando su propia impotencia, descubrió que podía confiar en las fuerzas de Dios.

"Les crisis nos ponen frente a nuestra insuficiencia, y nuestra insuficiencia nos dirige hacia la infinita suficiencia de Dios. Tal es el poder de la debilidad, un principio escrito en la misma trama de la vida."

Catherine se puso a hacer una oración de debilidad, por la que confesaba total dependencia cara a cara a Dios. Y descubrió que Dios se puso a proporcionarle todas sus necesidades. Habiendo puesto su confianza en la vid, llegó a ser un autor muy vendido. Dean Smith aprendió este principio y se convirtió en uno de los mejores entrenadores de basket de la historia de este deporte.

HOY, ¿te sientes impotente?¿Desilusionado? ¿Débil? Vuélvete a Jesús. Invócalo. Búscalo. Pon en él la confianza, la sabiduría y la capacidades que necesitas. Pídele que te dé fuerzas, te enseñe y ayude en tus necesidades. Recuerda que eres un sarmiento y él es la vid. Sin él no puedes hacer nada.

Una oración para hoy

Padre, perdóname de creer sólo en mi fuerza. Te presento mi situación. Gracias porque puedo confiar en ti. Gracias por ayudarme. En el nombre de Jesús, amén.