Meditación diaria Bíblica

¿Eres un buen receptor?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB 

 

 

"El Señor Dios me ha dado una lengua ágil para que sepa mantener por la palabra al que está abatido; despierta cada mañana mi oído para que escuche como escuchan los discípulos." Isaías 50,4

Dios busca buenos receptores en esta tierra. Comprended, hombres, mujeres, chicos y chicas, niños capaces de oír su voz. No en el sentido místico, iluminados e ermitaños. No, gente sencilla que ha sabido desarrollar esta agudeza espiritual.

No es nunca innato, es un regalo de Dios, es él quien abre tu oído; pero existe también tu parte, tu deseo, tu voluntad. ¿Quieres ser un buen receptor?

Me gusta la historia de Eliezer que va a oír la voz de su Dios a través de Rebeca, (Génesis 24,45). ¡Qué sensibilidad a la voz del Espíritu Santo, qué hábito también; va a reconocer en seguida la voz de su Dios!

Y después, conoces a David y su destacada sensibilidad a las cosas del Espíritu de Dios; él va a entender un ruido de pasos en la cima (2 Samuel 5,24); ahí donde todos los demás han entendido un susurro del viento en las hojas de los árboles, David reconocía la voz de su Dios, el paso del Señor. ¡Qué privilegio, qué gracia y qué enorme ventaja le daba sobre los demás!

Pienso en Elías, en la cima del Carmelo, que a oír la voz de su Dios en la que cada uno no veía nada más que una nube apenas más grande que la palma de la mano. Va oír cosas ese día a través de este pequeño signo (1 Reyes 18,44).


Estos hombre no tenían más que tú, sino hambre y sed de entender al Señor que les habla día a día. Estaban abiertos a todo y dejaban a Dios que empleara sus medios para hablarles.

A menudo has querido estereotipar este género de experiencia y te has privado de lo que Dios quería decirte. Estos apasionados de la voz de Dios eran gente ordinaria. Su gran diferencia con nosotros era su sed y su hambre de escuchar a Dios. No te prives de eso. El Señor tiene cosas que decirte y busca que seas un buen receptor.

Una oración para hoy

Señor, en el nombre de Jesús, ruego para que me des la gracia de ser un buen receptor, dejando aparte estereotipos, dudas, mis propias cosas. Amen