Meditación diaria Bíblica

¿La intención o el resultado?

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"El que ha venido a decirme: Saúl ha muerto y quería anunciarme una buena noticia, he mandado captarlo y matar a Tsiklag, para darle el salario de su mensaje.( 2 Samuel 4.10)

¿Qué es lo más importante para ti, la intención o el resultado ? Para David era la intención visible. En nuestra sociedad no se dice, cito: "¿Es la intención la que cuenta?"

Finalmente, para Dios sucede lo mismo. El que mira al corazón, ve las motivaciones profundas, las intenciones, y a aprobar o no un trabajo, un proyecto, un hombre, una iglesia.

Hay aprobaciones secretas que sólo pueden venir de Dios ; cuando está solo en oración en tu habitación, buscando su rostro, diciéndole palabras que nadie más puede entender, el corazón de Dios es afectado. Luego, los resultados están a la altura de esos momentos, pero no son el fin buscado con prioridad.

No digo que no sea preciso tener resultado para ser la demostración viva de que Dios te prueba, no. Pero todo es bello y bueno en la intención. David no mandó matar a este joven Amalecita por el asesino de Saúl (no había hecho nada y lo había imaginado todo) pero sus intenciones eran culpables.

¡Atención a tus intenciones! Son más importantes que el resto. La Biblia está llena de gente que ha querido hacer cosas por Dios con malas intenciones; el resultado no será probante en absoluto.+

Puedes querer hacer la cosas por prestigio, para tu gloria, por pura vanidad, para valorar tu talento, por el deseo de reconocimiento; créeme, los resultados no seguirán de todos modos. En la obra de Dios, lo esencial de los resultados son duraderos, pues es Dios quien los aprueba en sus mismas intenciones.

¿Aceptarías dejar que Dios te sondeara el corazón y sus intenciones profundas ? No tengas miedo, es saludable. Dios quiere emplearte, pero no importa en qué condición. ¡Vamos!, déjate llevar por él.

Una oración para hoy

Señor Dios mío, mis intenciones, mis motivaciones las pongo ante ti; dentro hay algo bueno y algo malo. Sondéame, Dios mío, y conoce mi corazón. Ven a ayudarme a cambiar de chip para hacer lo que te agrada. En el nombre de Jesús, amén.