Meditación diaria Bíblica

Escucha al Padre y ¡¡ven!!

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

''Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende, viene a mí' (Jn 6,45)


El Padre y el Espíritu cantan un bonito proyecto de amor por el ser humano. Quien escucha estas canciones se adhiere a Jesús y camina con Él hacia un mundo nuevo. Pasa hoy por la vida haciendo el bien, es la mejor manera de decir a todos que vas con Jesús.
No quiero perseguir el viento, solo quiero ir contigo, Jesús, vibrar al ritmo de tu corazón. ¡Juntos andemos, Señor!
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo

1) TAREA COMPARTIDA: La tarea de salvar a los seres humanos aparece aquí compartida entre el Padre y el Hijo. Dios Padre es el encargado de atraer, y Jesús de resucitar. Según los fariseos, la resurrección era el premio a quienes cumplían estrictamente la Ley; para Jesús, es el premio para todos los que se adhieren a él. La alusión a la profecía de Is 54,13 «todos serán discípulos de Dios», es aprovechada por Jesús para ratificar que la «enseñanza de Dios para todos» no consiste en la memorización de la Ley o en su esclavizante cumplimiento, sino que escuchar y aprender de Dios es seguir el proyecto de Jesús.

2) CONTRAPOSICIÓN: En una nueva declaración solemne, Jesús hace una contraposición entre comer el maná y morir, por una parte, y comer el pan de vida que es Jesús y alcanzar la vida, por la otra. En el fondo, es una nueva denuncia frente a la falsedad de la Ley. En efecto, los judíos, que consideraban la Ley como fuente de vida, la llamaban «pan»; pero en la práctica ella terminó siendo un instrumento de muerte. El problema radicaba en que a una mediación, como es el cumplir la norma establecida, se le había dado un valor absoluto, pues parecía que no fuera Dios el que salvaba, sino la Ley.

3) MENSAJE CLARO DE JESÚS: El mensaje de Jesús es claro: no es la Ley, sino el pan de vida el único autorizado para dar la vida eterna. Y ese pan de vida es él mismo. A los requisitos de «ver y creer» para adherirse al proyecto de Jesús se añade el de «comer» el «pan o la carne» entregado por la vida del mundo. Comer a Jesús es sentirlo en la intimidad de nuestro corazón. Sólo así seremos fuente de vida para nuestros hermanos.

ORACIÓN:

 

Señor, mi único requisito es amarte sobre todas las cosas. Del amor nace vivir tus mandamientos. Haz que viva y no te quedes en mi inteligencia. En el nombre de Jesús, amén