Meditación diaria Bíblica

La curación previa

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

"Ahora, devuelve la mujer de este hombre ; pues es profeta, rezará por ti, y vivirás" Génesis 20,7 "Confesad pues vuestros pecados y rezad los unos por los otros, para que seáis curados”Santiago 5,16

Puedes discutir tanto como quieras sobre esta realidad espiritual, que no es nada caduca y sigue siendo una realidad de actualidad absoluta.

Toda la gente enferma que va a leerme hoy está en la situación de Abimélec, y no está concernida por el texto de Santiago. Es un verdadero peligro practicar la amalgama de este aspecto.

Es evidente que estas líneas se dirigen a la gente de buena fe, tú por ejemplo, y no lo dudo.

Y luego, lo habrás constatado, la mala fe a este nivel es moneda corriente; algunas personas estiman que su enfermedad es una prueba enviada del cielo por Dios y que prueba su fidelidad y su santidad: para aquellas es impensable poner en cuestión la segunda. Por otra parte y a menudo para las mismas personas, tu enfermedad es la prueba de que tienes un pecado oculto en tu existencia, y que es tiempo de que lo desveles. Es ridículamente grave, pero existe.

Todavía un rasgo que querría subrayar y que me parece grave: Muchas personas estiman que, porque el sacerdote de tal ciudad vaya a visitarlos en su enfermedad, es la prueba de que no tienen nada que ver con estos dos textos de la Biblia. ¿Pero qué piensa Dios de esto? ?

Sin embargo, si se encuentra algo que arreglar en tu vida, no te entregues a rezar en vano por tu curación, ni mandar que recen y ayunen a la iglesias por todos sitios ; cuestiónate en serio, confiesa tu pecado tan necesario a alguien, repara, y luego ora por tu restablecimiento, y Dios de encargará del resto.

Mi hermano más joven, Cristóbal, cogió hace ahora 12 años, una leucemia terrible. Los especialistas le daban un mes de vida. Me telefoneó y el shock fue duro para toda la familia. Pero en seguida le aconsejé que telefoneara al sacerdote para reconciliarse. Llevaba años enfadado con él, hasta el punto que ni le saludaba. El tuvo el valor espiritual de hacerlo.

No puedes pender de los demás, buscar hacerles daño, acusarlos falsamente, herirlos y mancharlos, y, cuando la enfermedad acaba de atacarte, pensar que te bastará rezar para que todo se arregle. No. Repara el mal que has hecho y luego ora, después Dios te curará.

Una oración para hoy

Señor, quiero comprender lo que tengo que hacer. Sé que en el fondo de mi corazón tu Espíritu Santo me recuerda sin cesar esta falta que nunca he confesado. Te ruego que me ayudes en este día. En el nombre de Jesús, amén.